TEMA: LA SANIDAD DIVINA
El profeta Isaías, 700 años antes de Cristo,
movido por el Espíritu Santo pudo vislumbrar la obra expiatoria de Cristo en el
Calvario y por eso pudo clamar en sentido profético:
“Ciertamente llevo el nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga fuimos
nosotros curados.”
Isaías
53:4-5
Es decir, hay una notable
contraposición entre los sufrimientos a que él fue sometido injustamente y su
victoria final. Muchos creyeron al principio que Jehová le había infligido un
horrible castigo, pero luego reconocieron que los culpables eran ellos, y que
el siervo era inocente.
En realidad, esos sufrimientos
formaban parte de los planes de Dios y sirvieron para reparar los pecados de la
multitud.
CRISTO NUESTRO SANADOR
Y recorrió Jesús toda Galilea,
enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y
sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo
Mateo 4:23
Y había allí un hombre que hacia
treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo
que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le
respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el
agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo:
Levántate, toma tu lecho, y anda.
Juan 5:5-8
Esta demás decir que la primera
necesidad de todo individuo es espiritual. Su relación con Dios, su preparación
para la eternidad. Sin embargo, eso no significa que el interés de nuestro
Señor por nosotros termina cuando ha suplido nuestras necesidades espirituales.
Debemos animarnos a orar por todas nuestras necesidades físicas, emocionales y
espirituales.
v El poder Sanador de Cristo: Jesús
Vio, supo, dijo.
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El hombre le dice a Jesús que
no es cuestión de voluntad sino el de no tener a alguien que le ayude. Puede
que “un lecho” este impidiendo que avancemos, debemos ponernos de pie y avanzar
y tomar el lecho y cargarlo (cargar nuestra enfermedad y caminar, que la
enfermedad no sea un impedimento)
1.- SANIDAD FÍSICA:
Jesús
Vio: Versículo 6 y 8
El hombre tenía 38 año enfermo
físicamente y Jesús le dijo “levántate”, este levantar es que no importa la
enfermedad, puedes pasarte y logras metas, utilizar medios de ayuda, lograr
metas, utilizar medios de ayuda, lograr metas.etc, que cualquier condición
física no sea impedimento para crecer y avanzar en la vida.
2.- SANIDAD EMOCIONAL:
Jesús
Supo: Versículo 6 y 8 “Toma tu lecho”
Ese lecho emocional que te
impide ser feliz, alegres y estar siempre gozoso, debes tomarlo y si es posible
arrastrarlo o echa tu carga sobre Jehová que el cuidara de vosotros. Dios sabe
de qué cosas tenemos necesidad, sabe de nuestro dolor, angustias y temores.
Debemos de tomar el control de cualquier situación.
3.- SANIDAD
ESPIRITUAL:
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Jesús
Dijo: “Anda”
Jesús no solo le dio
fuerzas físicas a las piernas y tampoco solo lo emociono durante el mensaje,
sino que lo sano instantáneamente y el lecho en el cual lo llevaron a ese
lugar, lo tomo y volvió a su casa donde testimonio de Cristo.
Jesús escogió a un hombre
entre la multitud invalido que no sabía quién era El. Demostrando su amor y
compasión del Salvador. Jesús ministro a un hombre que no tenía fe y en ese
momento en que Jesús hablo nació una chispa de fe en el corazón del hombre y
ocurrió un milagro.
La situación del paralitico
representa a la humanidad actual. Si no están físicamente enfermos, están
espiritualmente derrotados, sus almas están enfermas y destrozadas. Y si solo
se dieran cuenta de lo cerca que esta Jesús y levantaran su mirada hacia El
serian sanados.
“No tengo a quien”
La queja del paralitico
también representa la enfermedad emocional de las personas, los que creen que
nadie los quiere o que nadie se interesa por ellos, están abandonados, sin
respaldo o ayuda. Se enfrentan a su miseria solos, a ellos Jesús les ofrece su
amor, misericordia y poder.
Cuando Jesús restauro
físicamente a la gente, fue una ilustración de lo que puede hacer por ellos espiritualmente
cuando se acerca en fe.
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El milagro físico
confirma el mayor milagro de la salvación que se le ofrece al mundo.
El ofrece a cada pecador el milagro
del perdón. A través de Él, pueden conocer el milagro del Nuevo Nacimiento,
recibiendo una nueva naturaleza a través del poder del Espíritu Santo. El amor, compasión y poder Salvador de
nuestro Señor Jesús. Él es capaz de solucionar cualquier necesidad que sus
hijos puedan tener.
¡Jesús Sana!
CONCLUSIÓN
La palabra de Dios es su medicina.
Hay muchos paralelos entre la medicina de Dios y la medicina natural.
Primeramente: La palabra de Dios es un agente de sanidad, así como la
medicina natural es un agente o catalizador. En otras palabras, la medicina
contiene en sí misma la capacidad de producir sanidad. Dentro de la palabra de Dios hallamos
la capacidad, la habilidad y el efecto
natural de traer sanidad a tu cuerpo. Por
ejemplo en:
“Envió su palabra y los sanó;”
Salmo 107:20:
“Porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo.”
Proverbios 4:22
“Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo
cual la envié.”
Isaías 55:1:
“La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda
espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas
y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Hebreos 4:12:
La clave para compartir la vida y el poder sanador que está en la Palabra es seguir tomándola hasta que penetre completamente en tu espíritu donde se puede depositar esa vida y poder
Segundo:
Para que haga efecto, la medicina tiene que ser tomada como está escrita en la
receta. Algunas medicinas indican: "Aplíquese internamente", otras
"aplíquese externamente". Si aplicas la medicina en lo exterior
cuando dice que te lo debes aplicar internamente, la medicina no tendría ningún
efecto. Tomar el medicamento después de la comida cuando debe de ser antes de
la misma, reducirá sus efectos. Al tomarse la medicina de vez en cuando, cuando
debería tomarse 3 veces al día, simplemente dará resultados limitados, si
acaso. No importa cuán buena sea la medicina, siempre debe tomarse de acuerdo a
las direcciones específicas de la receta o no trabajará.
Así es con la medicina de
Dios. Tiene que ser tomada de acuerdo a la receta, o no trabajará. La receta
para tomar la medicina de Dios se encuentra en:
"Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.”
Proverbios 4:20
“Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu
corazón.”
Proverbios 4:21
Tercero: Recuerda que toma tiempo para que la medicina haga su trabajo. Muchas personas le dan la medicina natural mucho tiempo, paciencia y pagan mucho dinero para ver que la medicina funcione. Llevan la receta de medicina para repetir la dosis. Son diligentes al hacer esto. Ellos no se toman la medicina una vez y tratan de esperar un milagro.
Sigue tomando la medicina de
Dios. Dale tiempo para que funcione. Toma tu medicina (espiritual). Confiesas
estas promesas sobre ti mismo. Medita en tu corazón lo que dices. Úsalas para
alabar al Padre, Su palabra es medicina a todo tu cuerpo.
“Y
dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto
delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviare a ti;
porque yo soy Jehová tu Sanador.”
Éxodo 15:26
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