La
importancia de la Biblia esta fuera de toda discusión. Sus libros no son sólo
un tesoro de información sobre el judaísmo y el cristianismo; su contenido
constituye la sustancia misma de la fe cristiana y la fuente de conocimiento
que ha guiado a la iglesia en cuanto concierne a su teología, su culto, su
testimonio y sus responsabilidades de servicio.
HERMENÉUTICA
La hermenéutica es la
ciencia de interpretación.
Etimológicamente:
Se deriva del verbo
griego hermeneuo, que significa explicar, traducir, interpretar.
Por su raíz herme,
ha sido relacionado con Hermes, el mitológico heraldo de los Dioses, a quien se
le atribuía la invención de los medios más elementales de comunicación, en
particular el lenguaje y la escritura.
El término sinónimo de
la hermenéutica es “exégesis” del griego exegeomai =
explicar, exponer, interpretar; se usa para expresar la práctica de la
interpretación del texto, mientras que la hermenéutica determina los principios
y reglas que deben regir la exégesis.
Aplicada al campo de la teología,
la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de
aplicarse en la interpretación de los libros de la Biblia.
La Interpretación
Es la revelación del verdadero significado de la Palabra de Dios. Al respecto
señala I Co. 2:13 “... interpretando lo espiritual por medios espirituales”.
Hay una gran cantidad de principios de interpretación que permiten entender las
Escrituras. No obstante, el principio más importante de todos nos fue dado por
el Señor cuando prometió la venida del Consolador, el Espíritu Santo (Jn.
14:26). Cualquier creyente que le pida al autor de la Biblia que sea su maestro
privado descubrirá sorprendentes verdades de la Palabra de Dios (Principio de
la iluminación divina).
La interpretación
comenzó para el tiempo en que el pueblo de Israel regresó del exilio babilónico
bajo la dirección de Esdras, como se ve en Nehemías 8:1-8; fue necesario debido
al largo periodo de la historia de Israel en que la Ley de Moisés estuvo
olvidada y descuidada. Fue entonces necesario que Esdras les explicara las
escrituras olvidadas e ininteligibles al pueblo. La interpretación de Esdras
que una interpretación literal de lo que se había escrito. “Ellos leían en el
libro de la Ley de Dios, explicando y aclarando el sentido, de modo que
entendiesen la lectura”. (Neh. 8:8).
La nueva hermenéutica no
es tanto un esfuerzo por comprender el texto como un intento de descifrar el
sentido de la existencia por medio del lenguaje. El texto y el lector sigue
constituyendo los dos polos de la hermenéutica pero la relación ha cambiado. La
relación hermenéutica pasa necesariamente por la Palabra de Dios.
La tarea de la
hermenéutica consiste en transformar la palabra del pasado fijada en un texto,
en una palabra viva actual, que no deje de seguir interpelando.. Se dedica a
buscar el acontecimiento de la palabra en su estado nativo, en la fuente. Por
lo tanto, tiene que eliminar todos los elementos que entorpecen o limitan el
texto (elementos míticos, elementos relativos a una época) para que pueda desempeñar
su función primera, que es la de conducir al lector a la experiencia que lo
engendró.
La interpretación según
Mock (1990), se refiere a lo que significa. Debe responder a algunas preguntas
claves cuino las siguientes; ¿Qué significa esto?, ¿Cuál es el propósito de este
mensaje?, ¿Cómo intentó el escritor original dar entender sus palabras?, ¿Cuál
es la importancia de esto?, ¿Por qué Dios incluye esto en su palabra?, ¿Cómo
concuerda esto con las demás partes de la escritura y mantiene la armonía?. Lo
que es la interpretación se puede ver en Hechos 8:30-35 cuando Felipe le
pregunta al Etíope “¿Entiende usted lo que está leyendo?”.
Son muchos los
obstáculos que se presentan cuando se quiere interpretar atinadamente lo que
fue escrito hace miles de años en el seno de un pueblo con ideas, costumbres y
lenguas muy diferentes de las nuestras. En algunos aspectos importantes, el
mundo y los tiempos antiguos diferían notablemente de nuestro mundo y de
nuestro tiempo.
En el caso de la Biblia,
las dificultades se multiplican a causa de su complejidad. No es la obra de un
hombre en un momento histórico determinado, sino un conjunto de libros escritos
a lo largo de más de un milenio cuajado de grandes cambios culturales, políticos,
sociales y religiosos. Si a esto se añade la diversidad de sus autores, estilos
y géneros literarios, se comprenderá lo imperioso de un trabajo esmerado cuando
se trata de interpretar las Escrituras hebreo-cristianas.
A veces la hermenéutica
bíblica es mirada con recelo y hasta con menosprecio. Tergiversando el
principio de la claridad y sencillez de la Escritura propugnado por los
reformadores del siglo XVI, particularmente por Lutero, se cree que lo esencial
de la Biblia es suficientemente claro y no precisa de minuciosos estudios
exegéticos. Pero tal creencia es insostenible. Cierto es que algunos pasajes de
la Escritura son muy claros. Lo son especialmente aquellos que se refieren al
plan de Dios para la salvación del hombre y para su orientación moral. Pero aun
en estos casos los textos sólo son comprendidos en la plenitud de su
significado cuando se analizan concienzudamente. No hay en toda la Biblia un
versículo más fácil de entender que Juan 3:16. Resulta comprensible aun para la
mente más simple. Sin embargo, lo incomparable de su riqueza espiritual sólo se
aprecia cumplidamente cuando se ahonda en los conceptos bíblicos expresados por
los términos “amor”, “Hijo unigénito”, “creer”, “perdición” y “vida eterna”.
Si aún los textos claros
deben ser objeto de cuidadoso análisis exegético, ¿qué diremos de los oscuros,
de los que presentan expresiones ambiguas, equívocas o en aparente
contradicción con otros pasajes de la Escritura? ¿Qué significado atribuiremos
al lenguaje figurado, a los tipos y alegorías, a los salmos imprecatorios, a los
enigmas proféticos, a las descripciones apocalípticas?.
REQUISITOS DEL INTÉRPRETE
Requisitos generales:
a) Objetividad: en el exegeta influyen multitud de
factores consciente o inconscientemente que pueden hacer de su exégesis
subjetiva y hasta equivocada. El exegeta, sean cuales sean sus puntos de vista
iniciales, ha de hacerse con actitud muy abierta al texto, permitiendo que éste
los modifique parcial o totalmente, en la medida en que no se ajusten al
verdadero contenido, lo que haga será exegesis, no eisegesis; es
decir, extraerá del texto lo que éste contiene en vez de introducir en él sus
propias opiniones.
b) Espíritu Científico: el exegeta debe estar mentalizado y
capacitado para aplicar a su estudio de la Biblia los mismos criterios que
rigen la interpretación de cualquier composición literaria. El intérprete ha de
tener un recto juicio, agudeza de discernimiento, independencia intelectual y
disciplina mental que le permitan analizar, comparar, sopesar las razones en
pro y en contra de un resultado y avanzar cautelosamente hacia una
interpretación aceptable.
c) Humildad: cuanto más se amplía el círculo de lo sabido, mayor
aparece el de aquello que aún queda por descubrir. Esto es aplicable a la
interpretación, por lo que todo exegeta debe renunciar aun a la más leve
pretensión de infalibilidad.
Requisitos especiales:
Si nos situamos en el
plano al que la propia Escritura nos lleva, es decir, el plano de la fe,
encontramos en ella la Palabra de Dios, siempre dinámica, rebosante de
actualidad. Por eso sus páginas son mucho más que letra impresa. A través de
ella llega a nosotros la voz de Dios. De ahí que el intérprete de la Biblia
necesite unos requisitos adicionales de carácter especial.
a) Capacidad espiritual: La mente, los sentimientos y la voluntad
del exegeta han de estar abiertos a la acción espiritual de la Escritura. La
exposición de la Escritura exige del expositor una congenialidad espiritual con
los textos. La facultad de discernimiento espiritual del creyente ha de ser
alimentada por una actitud de reverente dependencia de la dirección divina.
Todo trabajo de exégesis debe ir de la mano con la oración; aquí cabe decir bene
orasse est bene studuisse.
b) Actitud de compromiso: El verdadero intérprete de la Biblia no
se limita al estudio frío de sus páginas como si efectuarse un trabajo de
laboratorio. Por grande que sea su erudición, ésta no es suficiente para hacer
revivir el espíritu y el propósito originales de la revelación. La Biblia es el
vehículo que Dios usa para llegar al hombre y hablarle, el lector no puede
desentenderse de los que Dios le dice. El mensaje bíblico ha de hallar en él
una resonancia interior y ha de influir decisivamente en su vida.
c) Espíritu de mediador: la misión del intérprete es servir de
puente entre el autor del texto y el lector, entre el pensamiento de ambos.
El intérprete debe ser
espiritualmente preparado para poder interpretar correctamente la Palabra de
Dios, es decir debe ser Templo del Espíritu Santo, o sea debe ser un verdadero cristiano.
También debe tener las siguientes cualidades:
a) Un Espíritu respetuoso, 1 Tes. 2:13
b) Un Espíritu dócil. Sal. 25:9
c) Amor hacia la verdad, 1 P. 2:2
d) Paciencia, Hch. 17:11
e) Prudencia, Mt. 13:56, Sal. 119:18
f) Un espíritu obediente. Sal. 119:33-55
“Nuestra responsabilidad
es usar rectamente la Palabra de Dios. Así nuestra actitud debe ser reverente,
nuestro entendimiento correcto, nuestra reacción obediente y nuestra
propagación diligente”.
Notemos que nunca fue la
intención de Dios que la Biblia sola dirigiera a la iglesia sin la necesidad de
quien la enseñara y la predicara, Ef.4:11-16. Además, cada uno de nosotros como
siervos de Dios responderá por si mismo ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10)
y si hemos sido falsos en el manejo de su Palabra, tendremos mayor condenación,
Stg. 3:1 Así dependamos del Espíritu Santo, pero no en tal forma que tentemos a
Dios por nuestra pereza o menosprecio hacia los estudios que nos puedan ayudar
en el desarrollo de un ministerio fructífero para Su Gloria.
MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA
Los resultados de una
investigación dependen en parte de los sistemas o métodos de trabajo que se
emplean. El modo de inquirir el significado de los textos determina
considerablemente las conclusiones del trabajo exegético.
MÉTODO LITERALISTA
ü
Somete
la interpretación al significado atribuido a la letra del texto.
ü
Un
texto ha de entenderse siempre en su sentido literal.
ü
Se
basa en la creencia de la inspiración mecánica de la Escritura.
ü
Es
adoptado por la escuela palestinense.
“… La letra mata más el Espíritu
vivifica…”
MÉTODO ALEGÓRICO
Generalmente se atribuye
su origen a la mezcla de la filosofía griega con las concepciones bíblicas
acerca de Dios. Muchas de las teofanías y de los antropomorfismos del Antiguo
Testamento repugnaban a las mentes filosóficas; de allí el esfuerzo por
descubrir detrás de la forma exterior una sustancia interna de verdad. A menudo
se trataron las narraciones bíblicas como los mitos griegos, explicándolas,
como una incorporación histórica, como una incorporación enigmática de las
lecciones morales y religiosas.
El método alegórico de
interpretación se basa en una profunda reverencia por las Escrituras y un deseo
de exhibir sus múltiples profundidades de sabiduría. Pero se notará
inmediatamente que su costumbre es desatender el significado común de las palabras
y dar alas a toda clase de ideas fantásticas. No extrae el significado legítimo
del lenguaje del autor sino que introduce en él todo lo que al capricho o
fantasía del intérprete se le ocurre. Como sistema, pues, se coloca fuera de
todos los principios y leyes bien definidos.
La alegorización es una
ficción mediante la cual una cosa representa o simboliza otra distinta. Han de
interpretarse sacando ellos un significado distintos, oculto a simple vista,
pretendidamente más rico y profundo. Lo que importa no es lo que el hagiógrafo
quiso expresar, sino lo que el intérprete quiere decir. Como consecuencia, el
producto de la exégesis puede variar adaptándola, según convenga, a las formas
cambiantes de cada época.
La escuela que adopto
este método fue la de Alejandría, su primer representante fue Aristóbulo (siglo
II A.C.), pero el más destacado fue Filón (20 A.C. – 54 D.C.) y entre la
iglesia Cristiana Clemente y Orígenes.
Filón “no pensaba que
el sentido literal fuese inútil, pero éste representaba un nivel de inmadurez
en la comprensión. El significado literal era el cuerpo de la Escritura,
mientras que el alegórico era su alma. Por consiguiente el literal era para los
inmaduros y el alegórico para los maduros”.
Orígenes habló de tres
sentidos “el corporal (somáticos) significado literal; el anímico (psyjikos)
de carácter moral, tiene que ver con las relaciones del hombre con sus
semejantes y el espiritual (pneumatikos) referido a las relaciones entre
Dios y el hombre.
“La exégesis consiste en que el intérprete
saque del texto el pensamiento del autor, no que meta en él su propio
pensamiento con la ayuda de una fantasía incontrolada”.
MÉTODO DOGMÁTICO
Aunque teóricamente
todos los sistemas teológicos del cristianismo han sido elaborados a partir de
la Biblia, la verdad es que tales sistemas pronto han adquirido en muchos casos
una autoridad propia que ha impuesto sus conclusiones con toda rigidez a la
labor exegética.
Este método especialmente
se utiliza en la Iglesia Católica.
La Escritura no es el
único principio del conocimiento, sino que también lo es el dogma.
Ninguna interpretación
puede estar en contradicción con el dogma o con el magisterio eclesiástico.
Sigue una reflexión
teológica deductiva más que inductiva, lo que no siempre ha mantenido en sintonía
con la verdad revelada.
Según la tendencia de
cada confesión o escuela teológica, se ha hecho uso de determinados textos con
omisión más o menos intencionadas con tal de evitar la contradicción con los
postulados del sistema.
“Se exige a la
dogmática que con respecto a una verdad de fe que está en tela de juicio,
siempre escuche a toda la Escritura y se la ponga ante la conciencia”.
MÉTODO TEOLÓGICO
Solo mediante el
elemento doctrinal en la interpretación alcanzamos la profundidad de muchos
textos.
La exégesis teológica es
“una exégesis que no se contenta meramente con extraer el significado verbal
preciso del texto, sino que se extiende más allá para descubrir la teología que
informa el texto… todos los textos bíblicos expresan teología en el sentido de
que todos están animados, aunque a veces indirectamente, por una preocupación
teológica”.
La interpretación
teológica es un complemento de la gramático-histórica.
El principio básico de
éste método es que el significado doctrinal atribuido al texto debe estar en
consonancia no sólo con algunos otros textos escogidos a capricho, sino con la
enseñanza que sobre el mismo punto de doctrina aparece a lo largo de toda la Biblia.
Es el principio denominado “analogía de la fe” en virtud del cual todo pasaje,
en especial si es oscuro, ha de examinarse a la luz de los demás, precedidos
por los más claros; y ello de la manera más exhaustiva posible, recurriendo a
todos los datos que corporativamente puede ofrecernos la Escritura.
Sus principios
fundamentales son: (a) el análisis lingüístico debe preceder a la
interpretación teológica, (b) la interpretación teológica ha de efectuarse
teniendo presente la estructura doctrinal de la Escritura, (c) la
interpretación teológica ha de asumir tanto la unidad esencial como el carácter
progresivo de la revelación, (d) la interpretación teológica ha de apoyarse
preferentemente en textos de sentido literal, (e) las conclusiones doctrinales
deben basarse preferentemente en el Nuevo Testamento y (f) la interpretación
teológica no debe rebasar los límites de la revelación.
“La teología nos ayudará a hacer exégesis
y la exégesis corregirá nuestra teología”.
MÉTODO LIBERAL
Surge dentro del
liberalismo teológico a mediados del siglo XVIII.
Sus principios fueron:
a) Libertad de pensamiento y de acción, lo
que equivalía a la eliminación de toda traba impuesta por los prejuicios y
convencionalismos tradicionales.
b) Como consecuencia del principio anterior,
una actitud de gran reserva o de franca hostilidad hacia cualquier forma de
coerción o autoridad externa.
c) Autonomía y supremacía de la razón,
aunque no se concretaba ni la naturaleza de ésta ni su alcance, y a pesar de
que en algún momento se dio prioridad al sentimiento.
d) Exaltación del hombre como centro del
pensamiento y de la experiencia religiosa.
e) Adaptación de la teología o a la
filosofía o a las ciencias naturales e históricas.
f) Apertura constante al cambio en los
conceptos teológicos en la medida en que el progreso cultural lo hiciese
aconsejable.
La autoridad tradicional
de las Escrituras no sólo es puesta en tela de juicio; es rechazada de plano.
Se recusan todas las formas de inspiración genuina de la Biblia, ya que
cualquiera de ellas implica un elemento sobrenatural. Por la misma razón, son
descartados los milagros y las predicciones proféticas.
Lo fundamental para la
fe cristiana no es el contenido doctrinal de la Escritura, sino la experiencia.
Las creencias teológicas son creadas por determinadas condiciones sociales, no
por intervención especial de Dios.
MÉTODO HISTÓRICO-CRÍTICO
Tiene sus raíces en la
expansión del humanismo renacentista, puede ser considerado producto del
liberalismo teológico, pero, tomó identidad propia y vitalidad que lo ha hecho
perdurar hasta nuestros tiempos. Algunos creen es el método por excelencia.
Su finalidad es
descubrir el sentido de los textos bíblicos dentro del contexto de la historia
de Israel, o de la primera tradición cristiana. Se trata de llegar a la
interpretación aplicando científicamente la razón histórica mediante sus
mejores técnicas.
Incluye la investigación
de datos tales como autor, fecha en que el libro fue escrito, posibles fuentes
de información usadas por el autor bíblico, fondo histórico, género literario,
peculiaridades lingüísticas, información arqueológica.
El más grave defecto del
método es que el énfasis principal no se hace en la indagación histórica, sino
en la crítica.
Los resultados de su
aplicación no han de ser inevitablemente antagónicos al testimonio de la
Escritura.
MÉTODO TEOLÓGICO–EXISTENCIAL
Su origen se debió a la
necesidad de situar nuevamente la Escritura fuera y por encima del predominio
del método histórico-crítico, devolviendo a la teología el lugar que le
corresponde.
Tuvo como figuras
prominentes y marcadores de sus postulados a Kart Barth y Rudolf Bultmann.
El primero fue portavoz
de un mensaje renovador la exaltación de la soberanía de Dios y la incapacidad
del hombre para llegar a conocerle, mostraba la necesidad de la revelación
divina “solamente el mismo Dios puede hablar de Dios”. La Biblia en sí no es revelación,
sino testimonio de la revelación, no es la Palabra de Dios, aunque detrás de
sus palabras está la Palabra. Su enfoque teológico destacó el principio
cristocéntrico “Jesucristo en la Palabra de Dios al hombre”. Lo que no está en
armonía con Jesucristo no es válido.
“La más profunda
interpretación de la Escritura es la que concierne a las situaciones
“existenciales”: la vida y la muerte, el amor y el odio, el pecado y la gracia,
el bien y el mal, Dios y el mundo”.
Butmann dijo que no se
puede explicar un texto sino cuando se tiene una relación interna con el
contenido real del mismo. Para él el verdadero objeto del Nuevo testamento es
la comunicación de la Palabra de Dios. Le preocupa oír el texto adecuadamente a
fin de traducirlo con la máxima fidelidad y de modo que resulte comprensible
para el hombre moderno. Sus fundamentos:
Los conceptos así como
su forma de expresión, han de ser determinados científicamente mediante el
estudio del fondo lingüístico, histórico, social, cultural y religiosos que
subyace en cada texto.
El principio
existencial: la existencia en la condición indispensable de todo lenguaje
religioso. La realidad existencial es “la relación vital del intérprete con la
realidad que se halla, directamente o indirectamente, expresada en el texto”.
Se esfuerza por
compaginar historia y existencia humana con el fin de hacer resaltar la eterna
revelación de Dios.
Establece el principio
de desmitologización: el mito es sinónimo de irreal, para Bultmann es un ropaje
literal que tiene la Escritura (el mito), la solución del problema no estriba
en la eliminación del mito, sino en una adecuada explicación. El principio
propone interpretar los enunciados mitológicos de la Biblia y no su
eliminación, “el mito es un modo de hablar en términos del otro mundo en
términos de este mundo y de los dioses en términos derivados de la vida
humana”.
MÉTODO NATURALISTA
Es una teoría
racionalista, es la más violenta y radical. Sostiene que el crítico bíblico
debiera hacer distinción entre lo que son hechos y lo que son meras opiniones.
Acepta la verdad histórica de las narraciones de los evangelios pero sostiene
que la manera de explicarlas es asunto de opinión. Rechaza toda agencia
sobrenatural en los asuntos humanos y explica los milagros de Jesús como actos
de bondad, como demostraciones de pericia médica, o como ilustraciones de
sagacidad y tacto personales, registrados en la narración de una manera
característica de la época y de las opiniones de los diversos escritores.
El Método Naturalista de
interpretación fue seguido por el Mítico. Su más distinguido representante fue
David Federico Strauss, cuya "Vida de Jesús", publicada primeramente
en 1835, creó profunda sensación en el mundo cristiano.
Entre los rasgos
mediante los cuales debemos distinguir el mito, Strauss da los siguientes
ejemplos: Una narración no es histórica (a) cuando sus declaraciones son
irreconciliables con las leyes conocidas y universales que rigen el curso de
los acontecimientos; (b) cuando es inconsecuente consigo misma o con otros relatos
de la misma cosa; (c) cuando los actores conversan poéticamente o en discurso
de elevado lenguaje, inadecuado a su educación y posición; (d) cuando la
sustancia esencial, lo fundamental de un asunto de que se da cuenta, es
inconcebible en si mismo o se halla en notable armonía con alguna idea
mesiánica de los judíos de aquella época.
EL MÉTODO GRAMÁTICO – HISTÓRICO
El Histórico-Gramático
es el método que más se recomienda al criterio y a la conciencia de los
estudiantes cristianos. Su principio fundamental consiste en conseguir de las
Escrituras mismas el significado preciso que los escritores quisieron dar. Ese
método aplica a los libros sagrados los mismos principios, el mismo proceso
gramatical y el mismo proceso de sentido común y de razón que aplicamos a otros
libros. El exegeta histérico-gramático dotado de convenientes cualidades
intelectuales, educacionales y morales, aceptará las demandas de la Biblia sin
prejuicios o prevenciones; y sin ambición alguna de demostrarlas como
verdaderas o falsas investigará el lenguaje y tendencias de cada libro con toda
independencia y sin temor de ninguna clase; se posesionará del idioma del
escritor, del dialecto especial que hablaba, así como de su estilo y manera
peculiar de expresión; averiguará las circunstancias en que escribió, las
maneras y costumbres de su época y el motivo u objeto que tuvo en vista al
escribir.
Es el primero de los
métodos de interpretación para la práctica de una exégesis objetiva. Tiene por
objeto hallar el significado de un texto sobre la base de los que sus palabras
expresan en su sentido llano y simple a la luz del contexto histórico en que
fueron escritas.
El método
gramático–histórico, que ya tuvo sus antecedentes en la escuela de
interpretación de Antioquía en el siglo IV, fue revitalizado en el siglo XVI.
Tanto Lutero como Calvino insistieron en que la función del intérprete es
exponer el texto en su sentido literal, a menos que la naturaleza de su
contenido obligue a una interpretación figurada.
Lutero: “Sólo el
sentido simple, propio, original, el sentido en que está escrito, hace buenos
teólogos. El Espíritu Santo es el escritor y el orador más sencillo que hay en
el cielo y en la tierra. Por lo tanto, sus palabras no pueden tener más que un
sentido simple y singular, el sentido literal de lo escrito o hablado”.
No menos enfáticas son
las afirmaciones de Calvino: “El verdadero significado de la Escritura es el
significado obvio y natural. Mantengámoslo decididamente ... es una audacia
rayana en el sacrilegio usar las Escrituras a nuestro antojo y jugar con ellas
como si fuesen una pelota de tenis, tal como muchos antes han hecho... La
primera labor de un intérprete es permitir al autor que diga lo que dice, en
vez de atribuirle lo que nosotros pensamos que habría de decir”.
El estudio gramático–histórico de un texto incluye su
análisis lingüístico (palabras, gramática, contexto, paralelos, lenguaje
figurado, y demás) y el examen de su fondo histórico.
LAS LENGUAS DE LA BIBLIA
Una interpretación a
fondo de las Escrituras exige el sólido conocimiento de las lenguas en que sus
libros fueron escritos, pues ninguna traducción puede expresar toda la plenitud
de matices de los textos originales.
El Hebreo
En esta lengua está
escrito todo el Antiguo Testamento, con excepción de algunas porciones escritas
en arameo (Esd. 4:8 al 6:18; 7:12-26; Jer. 10:11 y Dn. 2:4b al 7:28.
Pertenece al grupo de
las lenguas semitas.
Se distingue por su
plasticidad, el pensamiento es concreto, lo inmaterial a menudo se expresa por
medio de algo material; el sentimiento mediante la acción y la acción mediante
el instrumento, por esto el uso de antropomorfismos. En el pensamiento hebreo
el hombre se naturaliza y la naturaleza se personifica.
Hay muy poca diferencia
entre la prosa y el verso. Los textos se leen de derecha a izquierda y del
final hacia el principio. Todas sus letras son consonantes y carece de signos
de puntuación.
El orden normal en las
frases es el siguiente: predicado, sujeto, complemento y palabras específicas.
El Griego
El griego del Nuevo Testamento
no es el de la literatura griega, sino el Koiné o dialecto común hablado desde
los tiempos de Alejandro Magno.
El koiné era una lengua
viva, vigorosa, con el sabor de la vida cotidiana. Se distingue por un estilo
claro, natural, realista; suele usarse el superlativo al contrario del
comparativo y el lenguaje directo más que el indirecto.
Hay en el texto
novotestamentario palabras hebreas o arameas que se han trascrito literalmente
al griego. Por ejemplo: abba, hosanna, satán, síkera.
CONTEXTO
Etimológicamente:
Contexto proviene del
término compuesto del latín cumtextum, donde:
Cum = unión asociación o compañía.
Textum = tejido, contextura, trama.
Aplicado a documentos
escritos, expresa conexión de pensamiento que existe entre sus diferentes
partes para hacer de ella un todo coherente.
EXTENSIÓN DEL CONTEXTO
Existe el contexto
remoto y el inmediato:
El inmediato: puede ser superior o antecesor e inferior
o predecesor; el superior se encuentra arriba del texto a estudiar y el
inferior debajo del texto; es decir, el inmediato es el que está antes y
después del texto.
El remoto: es aquel cuya conexión no es tan cercana
y puede abarcar todo un párrafo o sección, se puede resumir diciendo que éste
es toda la Biblia, que es el sentido más amplio; está compuesto de varios
contextos inmediatos.
Versículo Capítulo Libro
Grupo literario o Sección LA
(texto) (remoto) del mismo autor de la B. BIBLIA
Llegar
a conocer la finalidad con que un libro de la Biblia fue escrito no es difícil
si el propio escritor la especifica. Cuando el propósito no se halla expuesto
de modo expreso en el libro, generalmente se descubre. Pero a veces la
finalidad del autor no aparece con demasiada claridad y sólo puede averiguarse
mediante un análisis laborioso en el que se dé la debida atención a la
estructura del libro, a la selección y ordenación de su material, a las frases
clave que a veces aparecen repetidas para señalar el comienzo o el fin de una
sección.
Ejemplo: El libro de Amós. Método de repetición
de palabras.
TIPOS DE CONTEXTO
Según la forma de
conexión con el texto pueden ser:
a) Lógica, cuando las ideas del texto aparecen engarzadas en
la línea de pensamiento de toda la sección.
b) Histórica, cuando existe una relación con determinados hechos
o acontecimientos.
c) Teológica, si el contenido del texto forma parte de un
argumento doctrinal.
IRREGULARIDADES CONTEXTUALES
En el examen del
contexto deben tenerse en cuenta:
a) Los paréntesis, las digresiones y los
cambios bruscos de un tema a otro. El verdadero contexto no lo constituyen los
versículos que anteceden o preceden inmediatamente al texto objeto de exégesis,
sino en una porción anterior o posterior a los mismos.
b) La actual división de nuestras versiones
de la Biblia en capítulos y versículos es arbitraria. No existía división de
ninguna clase en los antiguos manuscritos.
Es el propio intérprete quien debe realizar ese
trabajo con su capacidad analítica y su discernimiento.
CORRELACIÓN EN EL CONTEXTO
Uno de los aspectos del
contexto es la correlación, es decir la manera en que las partes que componen
el material del libro están organizadas y dependen las unas de las otras (se relacionan
entre sí).
Algunas actividades que
puedan realizarse para descubrir la estructura y la correlación que guarda un
pasaje con otras partes de la escritura son:
-
Leer
completamente el libro antes de dar inicio al estudio de sus partes o por lo menos
los capítulos que rodean esa parte.
-
Mientras
va leyendo pregúntese ¿Cómo se relaciona esta parte con la anterior y la que
viene después? ¿Cómo se relaciona esta parte cono todo el capítulo o todo el libro?
-
Es
necesario esforzarse en descubrir el tema o propósito básico, las principales divisiones
del libro, los personajes importantes, los eventos significativos, las comparaciones,
contrastes, repeticiones, entre otros.
PASOS PARA INTERPRETACIÓN DE CONTEXTOS
Algunas reglas para la
interpretación del contexto bíblico son las siguientes:
1. El contexto de un discurso o libro en las
Escrituras podrá comprender solo versículos, unos pocos versículos, secciones o
trozos enteros, capítulos enteros o libros completos.
2. A veces algún libro de las Escrituras
comprende sólo un asunto o argumento en la cual casi todo el libro debe
referirse a contextos precedentes y subsecuentes y ser considerados como un
todo.
3. Examinar todo el pasaje con minuciosa
atención.
4. Investigar cada palabra de cada pasaje; y
como la conexión se forma con partículas, a éstas siempre deben dárseles el
significado que el asunto o materia y el contexto requieran.
5. Un versículo o pasaje no debe estar
relacionado con un contexto remoto a menos que este último concuerde mejor con
el contexto inmediato.
6. Examinar si el escritor continúa su
discurso, no sea que supongamos que él está haciendo la transición a otro
argumento, cuando en realidad está prosiguiendo el mismo asunto.
7. Donde no se encuentre ninguna explicación
o relación con las partes precedentes y subsecuentes del libro, no debe
buscarse ninguna.
8. No debe admitirse ninguna explicación
sino aquella que cuadra con el contexto.
PASAJES PARALELOS
No siempre el contexto
aporta luz para la mejor comprensión de un texto. Puede suceder que éste se
encuentre aislado, sin conexión con lo que le antecede o precede. Ej.:
Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares.
Etimológicamente:
Proviene de la palabra
en latín parallelus; y en griego de la palabra compuesta parállelos: para +
allelon = uno de otro, Correspondiente o semejante.
Los pasajes paralelos son aquellos pasajes o porciones que en
otros lugares de la Biblia se refieren al mismo hecho histórico, a la misma
doctrina o a una enseñanza o tema semejante; en ellos generalmente hallamos
ayuda para entender mejor el texto que tratamos de interpretar y obtener una
perspectiva más amplia tanto de su significado como de sus aplicaciones.
TIPOS:
Los paralelos pueden ser
verbales y conceptuales:
a) Son verbales cuando en
ellos se encuentra la misma palabra o frase que en el texto con un sentido
idóneo o semejante. De no ser así, el paralelo es aparente, no real, y en vez
de sernos de orientación, puede confundirnos. Ej.: Jud. 3 y Ef. 4:5, 13.
b) Son conceptuales cuando
existe correlación de hechos o ideas, a pesar de que estos se expresen con
diferentes palabras. Ej.: He. 2 y Fil. 2:2.
La concordancia bíblica
es la fuente exhaustiva de paralelos verbales, su utilización puede mostrarnos
con mayor claridad el significado de un término o la diversidad de matices del
mismo.
PASOS PARA UN ESTUDIO DE PASAJES PARALELOS
1. Buscarlos primeramente en el mismo libro,
sí los hay o en los escritos del mismo autor.
2. Dar prioridad a los que aparezcan en
libros o secciones que tratan de iguales temas o de cuestiones afines.
3. Establecer un grado de prelación en
cuanto a los paralelos que se hallen en libros o pasajes de un mismo género
literario.
LENGUAJE FIGURADO
FIGURAS SIMPLES
De Comparación:
ü
El
símil: del latín le =
Semejante, parecido a otro. Consiste en una comparación formal, que contiene
generalmente la conjunción “como” entre dos objetos o acciones. Sal. 42:1; Jer.
23:29. Mt. 23:37.
ü
La
metáfora: es una
comparación implícita que no se expresa formalmente, no aparece en ella la
conjunción “como”, la metáfora proviene del griego metaféro, que significa
transportar o transferir, es una figura de lenguaje mediante el cual el sentido
de una palabra se transfiere a otra. Gn. 49:9; Jn. 6:35.
De Dicción:
ü
El
pleonasmo: del griego pleonasmos
que significa superabundancia, es una expresión en la que se emplea la
redundancia, los vocablos innecesarios, con objeto de dar mayor vigor al
lenguaje. Gn. 40:23.
ü
La
hipérbole: del griego “hipérbole”
significa “usar más allá (del blanco)”, es la exageración
evidente que tiene por objeto aumentar el efecto de lo que se dice. No debe se
atendida como mentira, la cual tiene intención de engañar, es sólo para dar
énfasis al pensamiento. Sal. 6:6; Mt. 7:3.
De Relación:
ü
La
sinécdoque: del griego
synekdoché = extender, restringir, alterar; consiste en la designación de un
todo con el nombre de una de sus partes o viceversa. Is. 1:3; Sal. 46:9.
ü
La
metonimia: del griego
metonymía palabra compuesta: meta + onimia; se usa cuando se designa una cosa
con el nombre de otra que le sirve de signo o que indica una relación de causa
efecto. Lc. 16:29; Ro. 3:30.
De Contraste:
ü
La
ironía: palabra griega
eironeia que significa Burla fina y disimulada. Mediante ella se da entender lo
contrario de lo que se declara. 1 R. 18:27. 1 Co. 4:8. Job 12:2.
ü
La
paradoja: del griego oxa que
sugiere especie opuesta a la opinión común. Como figura es el empleo de
expresiones que envuelven una contradicción aparente. Mt. 10:39; 2 Co. 4:18.
Mr. 14:61-62.
ü
La
atenuación o litote: palabra
griega litotes = sutileza, tenuidad. La Figura
consiste en no expresar directamente lo que se piensa, sino negando lo
contrario de aquello que se quiere afirmar. Hch. 1:5; 1 Ts. 2:15. otra
modalidad es el empequeñecimiento de una persona o cosa con el objeto de
ensalzar a otra. Gn. 18:27.
ü
El
eufemismo palabra griega
euphemismós significa decoro, suavidad; es un modo de sugerir con disimulo y
decoro ideas cuya expresión literal resultaría demasiado dura o grotesca a los
lectores. Lv. 18:6; Hch. 1:25, 1 R. 18:27; Gn. 49:4, Gn. 39:7; Pr. 5:18-20.
De Índole Personal:
ü
La
personificación: consiste
en atribuir características o acciones propias de personas a seres que no lo
son. También conocida como prosopopeya. Is. 55:12; Salmo 114. Hab. 3:10.
ü
El
apóstrofe: se deriva de
las palabras griegas apó = desde y strefo = volver. Es la interrupción del
discurso para dirigirse a una persona o cosa personificada, a una persona
ausente o muerta. Salmo 114; Jue. 5; 2 S. 18:33.
FIGURAS COMPUESTAS
La Alegoría
Derivada del verbo
griego allegoréo, que significa “hablar o explicar figuradamente”.
Es una sucesión de
metáforas, generalmente combinadas en forma de narración, de cuyo significado
literal se prescinde, elabora las imágenes que surgen de la metáfora, a veces
son varias imágenes. Es una metáfora extendida. Sal. 80; Ecl. 12:3-7; Pr.
5:15-18; Jn. 10:7-18. Mt. 5:13-16.
DIFERENCIA ENTRE ALEGORÍA Y ALEGORIZACIÓN
La alegoría es un medio
legítimo usado por algunos autores bíblicos para enseñar.
La alegorización es un
método de interpretación mediante el cual el intérprete da arbitrariamente a un
texto un significado que se aparta completamente del pensamiento y propósito
del autor.
MEDIOS DE ORIENTACIÓN PARA DETERMINAR EL SIGNIFICADO
DE UNA ALEGORÍA
- La
determinación precisa de los oyentes o lectores originales y sus
circunstancias.
- La
consideración del contexto histórico general.
- El propósito
del autor al usarla.
- Los puntos
de identificación que a veces se hallan en el propio texto.
- La
distinción entre las metáforas esenciales, que exigen interpretación y
aquellas que, dado su carácter secundario como elementos complementarios
de la narración, no han de ser interpretados.
La Fábula:
Es una composición literaria
en la que, por medio de una ficción, se da una enseñanza moral. En ella
intervienen seres inanimados o seres vivos irracionales, la naturaleza, donde actúan
y hablan como si fuesen personas poseídos de razón. Jue. 9:1-21. 2 R. 14:9.
El Enigma:
Del griego ainigma cuya
raíz es ainissesthai y significa hablar oscuro. En hebreo meliah que
quiere decir refranes (Pr. 1:6, Sal. 49:4, Sal. 78:2). Es un dicho de sentido
artificiosamente encubierto. Su propósito es precisamente intrigar, despertar
el deseo de averiguar lo que se encuentre y se usa deliberadamente para probar
la calidad de comprensión de quien escucha. Jue. 14:14; Jn. 3:3; Jn. 4:32; Gn.
4:23-24; Lc. 22:36.
ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DEL TEXTO
Una vez tenemos ante
nosotros el texto bíblico en la forma más depurada posible, hemos de penetrar
en él con objeto de descubrir su significado. ¿Cómo?. En primer lugar, mediante
el estudio de sus elementos lingüísticos.
ESTUDIO DE PALABRAS
Se debe leer todo el
contexto de la forma más amplia posible.
Una vez conocido el
contexto, se deben seleccionar las palabras del texto que considere más
significativas.
Una palabra es
significativa cuando:
a) Desempeña un papel clave en el pasaje que
se interpreta;
b) Ha aparecido frecuentemente en contextos
anteriores;
c) Es importante en el curso de la historia
de la salvación anterior al texto.
Cada palabra
seleccionada se debe analizar para determinar su significado (buscando en
diccionarios, concordancia, léxico), en algunos casos puede ser útil ahondar en
la etimología.
Debe tenerse en cuenta
la variedad de significados que una palabra puede tener. El sentido que debe
darse a un vocablo cuando éste tiene varias acepciones se determina aplicando
los siguientes principios:
1. El significado dado por el propio autor a
sus palabras es indiscutible. He. 5:14.
2. Revisar frases o palabras que se unen
como complemento. Ef. 2:1.
3. Verificar por la vía del contraste o de
oposición.
4. Por paralelismo poético.
5. Los sinónimos deben ser cuidadosamente
examinados. Jn. 21:15-17.
6. Considerar todas sus acepciones y escoger
la mejor según el contexto, la que de mayor coherencia.
7. Hay que tener en cuenta el marco cultural
y de costumbres imperantes en la época del texto.
ESTUDIO GRAMATICAL
Implica la morfología y
la sintaxis. En español la construcción sintáctica de la oración admite gran
variedad en el orden de sus palabras, normalmente se coloca el sujeto con sus
complementos y luego el predicado con los suyos; el hebreo lo hace pero a la
inversa, su orden sintáctico usual es: complemento circunstancial, predicado y
sujeto. En el griego el orden sintáctico es igual al español.
MODISMOS
Son los modos de hablar
o escribir que suelen apartar en algo las reglas de la gramática. Ej.: ha
perdido la cabeza, comerse con los ojos. El hebreo y el griego también tienen sus
modismos y de no discernirlos y descubrir su sentido correcto, corremos el
riesgo de interpretaciones erróneas.
Uso de lo absoluto por
lo relativo: Lc. 14:26, Ro. 9:13.
Modismos
de filiación: cuando se dice que una persona es “hija de” algo o de alguien y
resulta evidente que la expresión no puede tomarse literalmente. Mt. 3:9. Jn.
8:44.
Modismos de tiempo: Mt.
12:40.
Antropomorfismo:
expresiones en las que se le atribuyen a Dios órganos o miembros físicos, es
presentado como un ser con reacciones típicamente humanas. Gn. 6:6-7.
Las
limitaciones de la gramática varían según los géneros literario. La lingüística
es más que la gramática. Y la hermenéutica más que la lingüística.
Modismos Verbales en el Castellano:
Imperativo: el que se usa para mandar, rogar o
exhortar.
Indicativo: el que expresa la acción o estado como
real.
Infinitivo: el que indica simplemente la idea verbal
sin relaciones de tiempo, número ni persona.
Potencial: enuncia la acción como posible.
Subjuntivo: no atribuye realidad objetiva a la
acción, sino sólo la existencia en la mente del que habla. En latín y en
español expresa acción dudosa, posible, necesaria o deseada.
ESTUDIO DEL FONDO HISTÓRICO
El análisis lingüístico
ha de completarse con el de su contexto histórico. Para tener una idea más o
menos completa del fondo histórico de un texto, es necesario recoger y comparar
cuantos datos permitan al intérprete
acercarse al máximo a la situación en que dicho texto se enmarca.
¿Al interpretar un
documento es de primordial importancia descubrir quien fue su autor y
determinar la época, el lugar y las circunstancias en que escribió. Por
consiguiente, el intérprete debe tratar de olvidar el momento y circunstancias
actuales y trasladarse a la posición histórica del autor, mirar a través de sus
ojos, darse cuenta del ambiente en que actuó, sentir con su corazón y asir sus
emociones.
- Datos
geográficos:
- La
orografía.
- La
hidrografía.
- La
climatología.
- La flora.
- La fauna.
- Época o
momento histórico: Circunstancias históricas.
- Políticas.
- Sociales.
- Religiosas.
- Circunstancias
Generales: Protagonistas.
- Circunstancias
Políticas.
- Factores
Sociales.
- Factores
Culturales y de Costumbres.
- Factores
Religiosos.
- Circunstancias
Especiales:
- Relativas
al Autor: Biografía. Ubicación. Perspectiva.
- Relativas
al Destinatario: ¿A quién?. Características.
- Ocasión del
Escrito y Propósito del Autor: ¿Por qué? ¿Para qué?.
AYUDAS
Se pueden dividir en
internas y externas.
ü
La
interna es dada en la misma Biblia.
ü
La
externa esta dada por la Arqueología, la Historia, la Geografía y la Literatura
extrabíblica.
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