martes, 2 de diciembre de 2014

HERMENÉUTICA 1 PARTE

La importancia de la Biblia esta fuera de toda discusión. Sus libros no son sólo un tesoro de información sobre el judaísmo y el cristianismo; su contenido constituye la sustancia misma de la fe cristiana y la fuente de conocimiento que ha guiado a la iglesia en cuanto concierne a su teología, su culto, su testimonio y sus responsabilidades de servicio.

HERMENÉUTICA

La hermenéutica es la ciencia de interpretación.
Etimológicamente:
Se deriva del verbo griego hermeneuo, que significa explicar, traducir, interpretar.
Por su raíz herme, ha sido relacionado con Hermes, el mitológico heraldo de los Dioses, a quien se le atribuía la invención de los medios más elementales de comunicación, en particular el lenguaje y la escritura.
El término sinónimo de la hermenéutica es “exégesis” del griego exegeomai = explicar, exponer, interpretar; se usa para expresar la práctica de la interpretación del texto, mientras que la hermenéutica determina los principios y reglas que deben regir la exégesis.
Aplicada al campo de la teología, la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros de la Biblia.
La Interpretación Es la revelación del verdadero significado de la Palabra de Dios. Al respecto señala I Co. 2:13 “... interpretando lo espiritual por medios espirituales”. Hay una gran cantidad de principios de interpretación que permiten entender las Escrituras. No obstante, el principio más importante de todos nos fue dado por el Señor cuando prometió la venida del Consolador, el Espíritu Santo (Jn. 14:26). Cualquier creyente que le pida al autor de la Biblia que sea su maestro privado descubrirá sorprendentes verdades de la Palabra de Dios (Principio de la iluminación divina).
La interpretación comenzó para el tiempo en que el pueblo de Israel regresó del exilio babilónico bajo la dirección de Esdras, como se ve en Nehemías 8:1-8; fue necesario debido al largo periodo de la historia de Israel en que la Ley de Moisés estuvo olvidada y descuidada. Fue entonces necesario que Esdras les explicara las escrituras olvidadas e ininteligibles al pueblo. La interpretación de Esdras que una interpretación literal de lo que se había escrito. “Ellos leían en el libro de la Ley de Dios, explicando y aclarando el sentido, de modo que entendiesen la lectura”. (Neh. 8:8).
La nueva hermenéutica no es tanto un esfuerzo por comprender el texto como un intento de descifrar el sentido de la existencia por medio del lenguaje. El texto y el lector sigue constituyendo los dos polos de la hermenéutica pero la relación ha cambiado. La relación hermenéutica pasa necesariamente por la Palabra de Dios.
La tarea de la hermenéutica consiste en transformar la palabra del pasado fijada en un texto, en una palabra viva actual, que no deje de seguir interpelando.. Se dedica a buscar el acontecimiento de la palabra en su estado nativo, en la fuente. Por lo tanto, tiene que eliminar todos los elementos que entorpecen o limitan el texto (elementos míticos, elementos relativos a una época) para que pueda desempeñar su función primera, que es la de conducir al lector a la experiencia que lo engendró.
La interpretación según Mock (1990), se refiere a lo que significa. Debe responder a algunas preguntas claves cuino las siguientes; ¿Qué significa esto?, ¿Cuál es el propósito de este mensaje?, ¿Cómo intentó el escritor original dar entender sus palabras?, ¿Cuál es la importancia de esto?, ¿Por qué Dios incluye esto en su palabra?, ¿Cómo concuerda esto con las demás partes de la escritura y mantiene la armonía?. Lo que es la interpretación se puede ver en Hechos 8:30-35 cuando Felipe le pregunta al Etíope “¿Entiende usted lo que está leyendo?”.
Son muchos los obstáculos que se presentan cuando se quiere interpretar atinadamente lo que fue escrito hace miles de años en el seno de un pueblo con ideas, costumbres y lenguas muy diferentes de las nuestras. En algunos aspectos importantes, el mundo y los tiempos antiguos diferían notablemente de nuestro mundo y de nuestro tiempo.
En el caso de la Biblia, las dificultades se multiplican a causa de su complejidad. No es la obra de un hombre en un momento histórico determinado, sino un conjunto de libros escritos a lo largo de más de un milenio cuajado de grandes cambios culturales, políticos, sociales y religiosos. Si a esto se añade la diversidad de sus autores, estilos y géneros literarios, se comprenderá lo imperioso de un trabajo esmerado cuando se trata de interpretar las Escrituras hebreo-cristianas.
A veces la hermenéutica bíblica es mirada con recelo y hasta con menosprecio. Tergiversando el principio de la claridad y sencillez de la Escritura propugnado por los reformadores del siglo XVI, particularmente por Lutero, se cree que lo esencial de la Biblia es suficientemente claro y no precisa de minuciosos estudios exegéticos. Pero tal creencia es insostenible. Cierto es que algunos pasajes de la Escritura son muy claros. Lo son especialmente aquellos que se refieren al plan de Dios para la salvación del hombre y para su orientación moral. Pero aun en estos casos los textos sólo son comprendidos en la plenitud de su significado cuando se analizan concienzudamente. No hay en toda la Biblia un versículo más fácil de entender que Juan 3:16. Resulta comprensible aun para la mente más simple. Sin embargo, lo incomparable de su riqueza espiritual sólo se aprecia cumplidamente cuando se ahonda en los conceptos bíblicos expresados por los términos “amor”, “Hijo unigénito”, “creer”, “perdición” y “vida eterna”.
Si aún los textos claros deben ser objeto de cuidadoso análisis exegético, ¿qué diremos de los oscuros, de los que presentan expresiones ambiguas, equívocas o en aparente contradicción con otros pasajes de la Escritura? ¿Qué significado atribuiremos al lenguaje figurado, a los tipos y alegorías, a los salmos imprecatorios, a los enigmas proféticos, a las descripciones apocalípticas?.

REQUISITOS DEL INTÉRPRETE

Requisitos generales:
a)      Objetividad: en el exegeta influyen multitud de factores consciente o inconscientemente que pueden hacer de su exégesis subjetiva y hasta equivocada. El exegeta, sean cuales sean sus puntos de vista iniciales, ha de hacerse con actitud muy abierta al texto, permitiendo que éste los modifique parcial o totalmente, en la medida en que no se ajusten al verdadero contenido, lo que haga será exegesis, no eisegesis; es decir, extraerá del texto lo que éste contiene en vez de introducir en él sus propias opiniones.
b)      Espíritu Científico: el exegeta debe estar mentalizado y capacitado para aplicar a su estudio de la Biblia los mismos criterios que rigen la interpretación de cualquier composición literaria. El intérprete ha de tener un recto juicio, agudeza de discernimiento, independencia intelectual y disciplina mental que le permitan analizar, comparar, sopesar las razones en pro y en contra de un resultado y avanzar cautelosamente hacia una interpretación aceptable.
c)      Humildad: cuanto más se amplía el círculo de lo sabido, mayor aparece el de aquello que aún queda por descubrir. Esto es aplicable a la interpretación, por lo que todo exegeta debe renunciar aun a la más leve pretensión de infalibilidad.

Requisitos especiales:
Si nos situamos en el plano al que la propia Escritura nos lleva, es decir, el plano de la fe, encontramos en ella la Palabra de Dios, siempre dinámica, rebosante de actualidad. Por eso sus páginas son mucho más que letra impresa. A través de ella llega a nosotros la voz de Dios. De ahí que el intérprete de la Biblia necesite unos requisitos adicionales de carácter especial.
a)      Capacidad espiritual: La mente, los sentimientos y la voluntad del exegeta han de estar abiertos a la acción espiritual de la Escritura. La exposición de la Escritura exige del expositor una congenialidad espiritual con los textos. La facultad de discernimiento espiritual del creyente ha de ser alimentada por una actitud de reverente dependencia de la dirección divina. Todo trabajo de exégesis debe ir de la mano con la oración; aquí cabe decir bene orasse est bene studuisse.
b)      Actitud de compromiso: El verdadero intérprete de la Biblia no se limita al estudio frío de sus páginas como si efectuarse un trabajo de laboratorio. Por grande que sea su erudición, ésta no es suficiente para hacer revivir el espíritu y el propósito originales de la revelación. La Biblia es el vehículo que Dios usa para llegar al hombre y hablarle, el lector no puede desentenderse de los que Dios le dice. El mensaje bíblico ha de hallar en él una resonancia interior y ha de influir decisivamente en su vida.
c)      Espíritu de mediador: la misión del intérprete es servir de puente entre el autor del texto y el lector, entre el pensamiento de ambos.

El intérprete debe ser espiritualmente preparado para poder interpretar correctamente la Palabra de Dios, es decir debe ser Templo del Espíritu Santo, o sea debe ser un verdadero cristiano. También debe tener las siguientes cualidades:
a)      Un Espíritu respetuoso, 1 Tes. 2:13
b)      Un Espíritu dócil. Sal. 25:9
c)      Amor hacia la verdad, 1 P. 2:2
d)     Paciencia, Hch. 17:11
e)      Prudencia, Mt. 13:56, Sal. 119:18
f)       Un espíritu obediente. Sal. 119:33-55
“Nuestra responsabilidad es usar rectamente la Palabra de Dios. Así nuestra actitud debe ser reverente, nuestro entendimiento correcto, nuestra reacción obediente y nuestra propagación diligente”.
Notemos que nunca fue la intención de Dios que la Biblia sola dirigiera a la iglesia sin la necesidad de quien la enseñara y la predicara, Ef.4:11-16. Además, cada uno de nosotros como siervos de Dios responderá por si mismo ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10) y si hemos sido falsos en el manejo de su Palabra, tendremos mayor condenación, Stg. 3:1 Así dependamos del Espíritu Santo, pero no en tal forma que tentemos a Dios por nuestra pereza o menosprecio hacia los estudios que nos puedan ayudar en el desarrollo de un ministerio fructífero para Su Gloria.

MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA

Los resultados de una investigación dependen en parte de los sistemas o métodos de trabajo que se emplean. El modo de inquirir el significado de los textos determina considerablemente las conclusiones del trabajo exegético.

MÉTODO LITERALISTA

ü  Somete la interpretación al significado atribuido a la letra del texto.
ü  Un texto ha de entenderse siempre en su sentido literal.
ü  Se basa en la creencia de la inspiración mecánica de la Escritura.
ü  Es adoptado por la escuela palestinense.
“… La letra mata más el Espíritu vivifica…”

MÉTODO ALEGÓRICO

Generalmente se atribuye su origen a la mezcla de la filosofía griega con las concepciones bíblicas acerca de Dios. Muchas de las teofanías y de los antropomorfismos del Antiguo Testamento repugnaban a las mentes filosóficas; de allí el esfuerzo por descubrir detrás de la forma exterior una sustancia interna de verdad. A menudo se trataron las narraciones bíblicas como los mitos griegos, explicándolas, como una incorporación histórica, como una incorporación enigmática de las lecciones morales y religiosas.
El método alegórico de interpretación se basa en una profunda reverencia por las Escrituras y un deseo de exhibir sus múltiples profundidades de sabiduría. Pero se notará inmediatamente que su costumbre es desatender el significado común de las palabras y dar alas a toda clase de ideas fantásticas. No extrae el significado legítimo del lenguaje del autor sino que introduce en él todo lo que al capricho o fantasía del intérprete se le ocurre. Como sistema, pues, se coloca fuera de todos los principios y leyes bien definidos.
La alegorización es una ficción mediante la cual una cosa representa o simboliza otra distinta. Han de interpretarse sacando ellos un significado distintos, oculto a simple vista, pretendidamente más rico y profundo. Lo que importa no es lo que el hagiógrafo quiso expresar, sino lo que el intérprete quiere decir. Como consecuencia, el producto de la exégesis puede variar adaptándola, según convenga, a las formas cambiantes de cada época.
La escuela que adopto este método fue la de Alejandría, su primer representante fue Aristóbulo (siglo II A.C.), pero el más destacado fue Filón (20 A.C. – 54 D.C.) y entre la iglesia Cristiana Clemente y Orígenes.
Filón “no pensaba que el sentido literal fuese inútil, pero éste representaba un nivel de inmadurez en la comprensión. El significado literal era el cuerpo de la Escritura, mientras que el alegórico era su alma. Por consiguiente el literal era para los inmaduros y el alegórico para los maduros”.
Orígenes habló de tres sentidos “el corporal (somáticos) significado literal; el anímico (psyjikos) de carácter moral, tiene que ver con las relaciones del hombre con sus semejantes y el espiritual (pneumatikos) referido a las relaciones entre Dios y el hombre.
La exégesis consiste en que el intérprete saque del texto el pensamiento del autor, no que meta en él su propio pensamiento con la ayuda de una fantasía incontrolada”.

MÉTODO DOGMÁTICO

Aunque teóricamente todos los sistemas teológicos del cristianismo han sido elaborados a partir de la Biblia, la verdad es que tales sistemas pronto han adquirido en muchos casos una autoridad propia que ha impuesto sus conclusiones con toda rigidez a la labor exegética.
Este método especialmente se utiliza en la Iglesia Católica.
La Escritura no es el único principio del conocimiento, sino que también lo es el dogma.
Ninguna interpretación puede estar en contradicción con el dogma o con el magisterio eclesiástico.
Sigue una reflexión teológica deductiva más que inductiva, lo que no siempre ha mantenido en sintonía con la verdad revelada.
Según la tendencia de cada confesión o escuela teológica, se ha hecho uso de determinados textos con omisión más o menos intencionadas con tal de evitar la contradicción con los postulados del sistema.
“Se exige a la dogmática que con respecto a una verdad de fe que está en tela de juicio, siempre escuche a toda la Escritura y se la ponga ante la conciencia”.

MÉTODO TEOLÓGICO
Solo mediante el elemento doctrinal en la interpretación alcanzamos la profundidad de muchos textos.
La exégesis teológica es “una exégesis que no se contenta meramente con extraer el significado verbal preciso del texto, sino que se extiende más allá para descubrir la teología que informa el texto… todos los textos bíblicos expresan teología en el sentido de que todos están animados, aunque a veces indirectamente, por una preocupación teológica”.
La interpretación teológica es un complemento de la gramático-histórica.
El principio básico de éste método es que el significado doctrinal atribuido al texto debe estar en consonancia no sólo con algunos otros textos escogidos a capricho, sino con la enseñanza que sobre el mismo punto de doctrina aparece a lo largo de toda la Biblia. Es el principio denominado “analogía de la fe” en virtud del cual todo pasaje, en especial si es oscuro, ha de examinarse a la luz de los demás, precedidos por los más claros; y ello de la manera más exhaustiva posible, recurriendo a todos los datos que corporativamente puede ofrecernos la Escritura.
Sus principios fundamentales son: (a) el análisis lingüístico debe preceder a la interpretación teológica, (b) la interpretación teológica ha de efectuarse teniendo presente la estructura doctrinal de la Escritura, (c) la interpretación teológica ha de asumir tanto la unidad esencial como el carácter progresivo de la revelación, (d) la interpretación teológica ha de apoyarse preferentemente en textos de sentido literal, (e) las conclusiones doctrinales deben basarse preferentemente en el Nuevo Testamento y (f) la interpretación teológica no debe rebasar los límites de la revelación.
“La teología nos ayudará a hacer exégesis y la exégesis corregirá nuestra teología”.

MÉTODO LIBERAL
Surge dentro del liberalismo teológico a mediados del siglo XVIII.
Sus principios fueron:
a)      Libertad de pensamiento y de acción, lo que equivalía a la eliminación de toda traba impuesta por los prejuicios y convencionalismos tradicionales.
b)      Como consecuencia del principio anterior, una actitud de gran reserva o de franca hostilidad hacia cualquier forma de coerción o autoridad externa.
c)      Autonomía y supremacía de la razón, aunque no se concretaba ni la naturaleza de ésta ni su alcance, y a pesar de que en algún momento se dio prioridad al sentimiento.
d)     Exaltación del hombre como centro del pensamiento y de la experiencia religiosa.
e)      Adaptación de la teología o a la filosofía o a las ciencias naturales e históricas.
f)       Apertura constante al cambio en los conceptos teológicos en la medida en que el progreso cultural lo hiciese aconsejable.
La autoridad tradicional de las Escrituras no sólo es puesta en tela de juicio; es rechazada de plano. Se recusan todas las formas de inspiración genuina de la Biblia, ya que cualquiera de ellas implica un elemento sobrenatural. Por la misma razón, son descartados los milagros y las predicciones proféticas.
Lo fundamental para la fe cristiana no es el contenido doctrinal de la Escritura, sino la experiencia. Las creencias teológicas son creadas por determinadas condiciones sociales, no por intervención especial de Dios.

MÉTODO HISTÓRICO-CRÍTICO
Tiene sus raíces en la expansión del humanismo renacentista, puede ser considerado producto del liberalismo teológico, pero, tomó identidad propia y vitalidad que lo ha hecho perdurar hasta nuestros tiempos. Algunos creen es el método por excelencia.
Su finalidad es descubrir el sentido de los textos bíblicos dentro del contexto de la historia de Israel, o de la primera tradición cristiana. Se trata de llegar a la interpretación aplicando científicamente la razón histórica mediante sus mejores técnicas.
Incluye la investigación de datos tales como autor, fecha en que el libro fue escrito, posibles fuentes de información usadas por el autor bíblico, fondo histórico, género literario, peculiaridades lingüísticas, información arqueológica.
El más grave defecto del método es que el énfasis principal no se hace en la indagación histórica, sino en la crítica.
Los resultados de su aplicación no han de ser inevitablemente antagónicos al testimonio de la Escritura.

MÉTODO TEOLÓGICO–EXISTENCIAL
Su origen se debió a la necesidad de situar nuevamente la Escritura fuera y por encima del predominio del método histórico-crítico, devolviendo a la teología el lugar que le corresponde.
Tuvo como figuras prominentes y marcadores de sus postulados a Kart Barth y Rudolf Bultmann.
El primero fue portavoz de un mensaje renovador la exaltación de la soberanía de Dios y la incapacidad del hombre para llegar a conocerle, mostraba la necesidad de la revelación divina “solamente el mismo Dios puede hablar de Dios”. La Biblia en sí no es revelación, sino testimonio de la revelación, no es la Palabra de Dios, aunque detrás de sus palabras está la Palabra. Su enfoque teológico destacó el principio cristocéntrico “Jesucristo en la Palabra de Dios al hombre”. Lo que no está en armonía con Jesucristo no es válido.
“La más profunda interpretación de la Escritura es la que concierne a las situaciones “existenciales”: la vida y la muerte, el amor y el odio, el pecado y la gracia, el bien y el mal, Dios y el mundo”.
Butmann dijo que no se puede explicar un texto sino cuando se tiene una relación interna con el contenido real del mismo. Para él el verdadero objeto del Nuevo testamento es la comunicación de la Palabra de Dios. Le preocupa oír el texto adecuadamente a fin de traducirlo con la máxima fidelidad y de modo que resulte comprensible para el hombre moderno. Sus fundamentos:
Los conceptos así como su forma de expresión, han de ser determinados científicamente mediante el estudio del fondo lingüístico, histórico, social, cultural y religiosos que subyace en cada texto.
El principio existencial: la existencia en la condición indispensable de todo lenguaje religioso. La realidad existencial es “la relación vital del intérprete con la realidad que se halla, directamente o indirectamente, expresada en el texto”.
Se esfuerza por compaginar historia y existencia humana con el fin de hacer resaltar la eterna revelación de Dios.
Establece el principio de desmitologización: el mito es sinónimo de irreal, para Bultmann es un ropaje literal que tiene la Escritura (el mito), la solución del problema no estriba en la eliminación del mito, sino en una adecuada explicación. El principio propone interpretar los enunciados mitológicos de la Biblia y no su eliminación, “el mito es un modo de hablar en términos del otro mundo en términos de este mundo y de los dioses en términos derivados de la vida humana”.

MÉTODO NATURALISTA
Es una teoría racionalista, es la más violenta y radical. Sostiene que el crítico bíblico debiera hacer distinción entre lo que son hechos y lo que son meras opiniones. Acepta la verdad histórica de las narraciones de los evangelios pero sostiene que la manera de explicarlas es asunto de opinión. Rechaza toda agencia sobrenatural en los asuntos humanos y explica los milagros de Jesús como actos de bondad, como demostraciones de pericia médica, o como ilustraciones de sagacidad y tacto personales, registrados en la narración de una manera característica de la época y de las opiniones de los diversos escritores.
El Método Naturalista de interpretación fue seguido por el Mítico. Su más distinguido representante fue David Federico Strauss, cuya "Vida de Jesús", publicada primeramente en 1835, creó profunda sensación en el mundo cristiano.
Entre los rasgos mediante los cuales debemos distinguir el mito, Strauss da los siguientes ejemplos: Una narración no es histórica (a) cuando sus declaraciones son irreconciliables con las leyes conocidas y universales que rigen el curso de los acontecimientos; (b) cuando es inconsecuente consigo misma o con otros relatos de la misma cosa; (c) cuando los actores conversan poéticamente o en discurso de elevado lenguaje, inadecuado a su educación y posición; (d) cuando la sustancia esencial, lo fundamental de un asunto de que se da cuenta, es inconcebible en si mismo o se halla en notable armonía con alguna idea mesiánica de los judíos de aquella época.

EL MÉTODO GRAMÁTICO – HISTÓRICO

El Histórico-Gramático es el método que más se recomienda al criterio y a la conciencia de los estudiantes cristianos. Su principio fundamental consiste en conseguir de las Escrituras mismas el significado preciso que los escritores quisieron dar. Ese método aplica a los libros sagrados los mismos principios, el mismo proceso gramatical y el mismo proceso de sentido común y de razón que aplicamos a otros libros. El exegeta histérico-gramático dotado de convenientes cualidades intelectuales, educacionales y morales, aceptará las demandas de la Biblia sin prejuicios o prevenciones; y sin ambición alguna de demostrarlas como verdaderas o falsas investigará el lenguaje y tendencias de cada libro con toda independencia y sin temor de ninguna clase; se posesionará del idioma del escritor, del dialecto especial que hablaba, así como de su estilo y manera peculiar de expresión; averiguará las circunstancias en que escribió, las maneras y costumbres de su época y el motivo u objeto que tuvo en vista al escribir.
Es el primero de los métodos de interpretación para la práctica de una exégesis objetiva. Tiene por objeto hallar el significado de un texto sobre la base de los que sus palabras expresan en su sentido llano y simple a la luz del contexto histórico en que fueron escritas.
El método gramático–histórico, que ya tuvo sus antecedentes en la escuela de interpretación de Antioquía en el siglo IV, fue revitalizado en el siglo XVI. Tanto Lutero como Calvino insistieron en que la función del intérprete es exponer el texto en su sentido literal, a menos que la naturaleza de su contenido obligue a una interpretación figurada.
Lutero: “Sólo el sentido simple, propio, original, el sentido en que está escrito, hace buenos teólogos. El Espíritu Santo es el escritor y el orador más sencillo que hay en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, sus palabras no pueden tener más que un sentido simple y singular, el sentido literal de lo escrito o hablado”.
No menos enfáticas son las afirmaciones de Calvino: “El verdadero significado de la Escritura es el significado obvio y natural. Mantengámoslo decididamente ... es una audacia rayana en el sacrilegio usar las Escrituras a nuestro antojo y jugar con ellas como si fuesen una pelota de tenis, tal como muchos antes han hecho... La primera labor de un intérprete es permitir al autor que diga lo que dice, en vez de atribuirle lo que nosotros pensamos que habría de decir”.
El estudio gramático–histórico de un texto incluye su análisis lingüístico (palabras, gramática, contexto, paralelos, lenguaje figurado, y demás) y el examen de su fondo histórico.

LAS LENGUAS DE LA BIBLIA

Una interpretación a fondo de las Escrituras exige el sólido conocimiento de las lenguas en que sus libros fueron escritos, pues ninguna traducción puede expresar toda la plenitud de matices de los textos originales.

El Hebreo

En esta lengua está escrito todo el Antiguo Testamento, con excepción de algunas porciones escritas en arameo (Esd. 4:8 al 6:18; 7:12-26; Jer. 10:11 y Dn. 2:4b al 7:28.
Pertenece al grupo de las lenguas semitas.
Se distingue por su plasticidad, el pensamiento es concreto, lo inmaterial a menudo se expresa por medio de algo material; el sentimiento mediante la acción y la acción mediante el instrumento, por esto el uso de antropomorfismos. En el pensamiento hebreo el hombre se naturaliza y la naturaleza se personifica.
Hay muy poca diferencia entre la prosa y el verso. Los textos se leen de derecha a izquierda y del final hacia el principio. Todas sus letras son consonantes y carece de signos de puntuación.
El orden normal en las frases es el siguiente: predicado, sujeto, complemento y palabras específicas.

El Griego

El griego del Nuevo Testamento no es el de la literatura griega, sino el Koiné o dialecto común hablado desde los tiempos de Alejandro Magno.
El koiné era una lengua viva, vigorosa, con el sabor de la vida cotidiana. Se distingue por un estilo claro, natural, realista; suele usarse el superlativo al contrario del comparativo y el lenguaje directo más que el indirecto.
Hay en el texto novotestamentario palabras hebreas o arameas que se han trascrito literalmente al griego. Por ejemplo: abba, hosanna, satán, síkera.

CONTEXTO

Etimológicamente:
Contexto proviene del término compuesto del latín cumtextum, donde:
Cum = unión asociación o compañía.
Textum = tejido, contextura, trama.
Aplicado a documentos escritos, expresa conexión de pensamiento que existe entre sus diferentes partes para hacer de ella un todo coherente.

EXTENSIÓN DEL CONTEXTO

Existe el contexto remoto y el inmediato:
El inmediato: puede ser superior o antecesor e inferior o predecesor; el superior se encuentra arriba del texto a estudiar y el inferior debajo del texto; es decir, el inmediato es el que está antes y después del texto.
El remoto: es aquel cuya conexión no es tan cercana y puede abarcar todo un párrafo o sección, se puede resumir diciendo que éste es toda la Biblia, que es el sentido más amplio; está compuesto de varios contextos inmediatos.
Versículo        Capítulo          Libro      Grupo literario o         Sección            LA
(texto)             (remoto)                         del mismo autor          de la B.         BIBLIA

Llegar a conocer la finalidad con que un libro de la Biblia fue escrito no es difícil si el propio escritor la especifica. Cuando el propósito no se halla expuesto de modo expreso en el libro, generalmente se descubre. Pero a veces la finalidad del autor no aparece con demasiada claridad y sólo puede averiguarse mediante un análisis laborioso en el que se dé la debida atención a la estructura del libro, a la selección y ordenación de su material, a las frases clave que a veces aparecen repetidas para señalar el comienzo o el fin de una sección.
Ejemplo: El libro de Amós. Método de repetición de palabras.

TIPOS DE CONTEXTO

Según la forma de conexión con el texto pueden ser:
a)      Lógica, cuando las ideas del texto aparecen engarzadas en la línea de pensamiento de toda la sección.
b)      Histórica, cuando existe una relación con determinados hechos o acontecimientos.
c)      Teológica, si el contenido del texto forma parte de un argumento doctrinal.

IRREGULARIDADES CONTEXTUALES

En el examen del contexto deben tenerse en cuenta:
a)      Los paréntesis, las digresiones y los cambios bruscos de un tema a otro. El verdadero contexto no lo constituyen los versículos que anteceden o preceden inmediatamente al texto objeto de exégesis, sino en una porción anterior o posterior a los mismos.
b)      La actual división de nuestras versiones de la Biblia en capítulos y versículos es arbitraria. No existía división de ninguna clase en los antiguos manuscritos.
Es el propio intérprete quien debe realizar ese trabajo con su capacidad analítica y su discernimiento.

CORRELACIÓN EN EL CONTEXTO
Uno de los aspectos del contexto es la correlación, es decir la manera en que las partes que componen el material del libro están organizadas y dependen las unas de las otras (se relacionan entre sí).
Algunas actividades que puedan realizarse para descubrir la estructura y la correlación que guarda un pasaje con otras partes de la escritura son:
-       Leer completamente el libro antes de dar inicio al estudio de sus partes o por lo menos los capítulos que rodean esa parte.
-       Mientras va leyendo pregúntese ¿Cómo se relaciona esta parte con la anterior y la que viene después? ¿Cómo se relaciona esta parte cono todo el capítulo o todo el libro?
-       Es necesario esforzarse en descubrir el tema o propósito básico, las principales divisiones del libro, los personajes importantes, los eventos significativos, las comparaciones, contrastes, repeticiones, entre otros.

PASOS PARA INTERPRETACIÓN DE CONTEXTOS
Algunas reglas para la interpretación del contexto bíblico son las siguientes:
1.       El contexto de un discurso o libro en las Escrituras podrá comprender solo versículos, unos pocos versículos, secciones o trozos enteros, capítulos enteros o libros completos.
2.       A veces algún libro de las Escrituras comprende sólo un asunto o argumento en la cual casi todo el libro debe referirse a contextos precedentes y subsecuentes y ser considerados como un todo.
3.       Examinar todo el pasaje con minuciosa atención.
4.       Investigar cada palabra de cada pasaje; y como la conexión se forma con partículas, a éstas siempre deben dárseles el significado que el asunto o materia y el contexto requieran.
5.       Un versículo o pasaje no debe estar relacionado con un contexto remoto a menos que este último concuerde mejor con el contexto inmediato.
6.       Examinar si el escritor continúa su discurso, no sea que supongamos que él está haciendo la transición a otro argumento, cuando en realidad está prosiguiendo el mismo asunto.
7.       Donde no se encuentre ninguna explicación o relación con las partes precedentes y subsecuentes del libro, no debe buscarse ninguna.
8.       No debe admitirse ninguna explicación sino aquella que cuadra con el contexto.

PASAJES PARALELOS

No siempre el contexto aporta luz para la mejor comprensión de un texto. Puede suceder que éste se encuentre aislado, sin conexión con lo que le antecede o precede. Ej.: Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares.

Etimológicamente:
Proviene de la palabra en latín parallelus; y en griego de la palabra compuesta parállelos: para + allelon = uno de otro, Correspondiente o semejante.
Los pasajes paralelos son aquellos pasajes o porciones que en otros lugares de la Biblia se refieren al mismo hecho histórico, a la misma doctrina o a una enseñanza o tema semejante; en ellos generalmente hallamos ayuda para entender mejor el texto que tratamos de interpretar y obtener una perspectiva más amplia tanto de su significado como de sus aplicaciones.

TIPOS:
Los paralelos pueden ser verbales y conceptuales:
a)      Son verbales cuando en ellos se encuentra la misma palabra o frase que en el texto con un sentido idóneo o semejante. De no ser así, el paralelo es aparente, no real, y en vez de sernos de orientación, puede confundirnos. Ej.: Jud. 3 y Ef. 4:5, 13.
b)      Son conceptuales cuando existe correlación de hechos o ideas, a pesar de que estos se expresen con diferentes palabras. Ej.: He. 2 y Fil. 2:2.
La concordancia bíblica es la fuente exhaustiva de paralelos verbales, su utilización puede mostrarnos con mayor claridad el significado de un término o la diversidad de matices del mismo.

PASOS PARA UN ESTUDIO DE PASAJES PARALELOS

1.      Buscarlos primeramente en el mismo libro, sí los hay o en los escritos del mismo autor.
2.      Dar prioridad a los que aparezcan en libros o secciones que tratan de iguales temas o de cuestiones afines.
3.      Establecer un grado de prelación en cuanto a los paralelos que se hallen en libros o pasajes de un mismo género literario.

LENGUAJE FIGURADO

FIGURAS SIMPLES

De Comparación:
ü  El símil: del latín le = Semejante, parecido a otro. Consiste en una comparación formal, que contiene generalmente la conjunción “como” entre dos objetos o acciones. Sal. 42:1; Jer. 23:29. Mt. 23:37.
ü  La metáfora: es una comparación implícita que no se expresa formalmente, no aparece en ella la conjunción “como”, la metáfora proviene del griego metaféro, que significa transportar o transferir, es una figura de lenguaje mediante el cual el sentido de una palabra se transfiere a otra. Gn. 49:9; Jn. 6:35.
De Dicción:
ü  El pleonasmo: del griego pleonasmos que significa superabundancia, es una expresión en la que se emplea la redundancia, los vocablos innecesarios, con objeto de dar mayor vigor al lenguaje. Gn. 40:23.
ü  La hipérbole: del griego “hipérbole” significa “usar más allá (del blanco)”, es la   exageración evidente que tiene por objeto aumentar el efecto de lo que se dice. No debe se atendida como mentira, la cual tiene intención de engañar, es sólo para dar énfasis al pensamiento. Sal. 6:6; Mt. 7:3.
De Relación:
ü  La sinécdoque: del griego synekdoché = extender, restringir, alterar; consiste en la designación de un todo con el nombre de una de sus partes o viceversa. Is. 1:3; Sal. 46:9.
ü  La metonimia: del griego metonymía palabra compuesta: meta + onimia; se usa cuando se designa una cosa con el nombre de otra que le sirve de signo o que indica una relación de causa efecto. Lc. 16:29; Ro. 3:30.
De Contraste:
ü  La ironía: palabra griega eironeia que significa Burla fina y disimulada. Mediante ella se da entender lo contrario de lo que se declara. 1 R. 18:27. 1 Co. 4:8. Job 12:2.
ü  La paradoja: del griego oxa que sugiere especie opuesta a la opinión común. Como figura es el empleo de expresiones que envuelven una contradicción aparente. Mt. 10:39; 2 Co. 4:18. Mr. 14:61-62.
ü  La atenuación o litote: palabra griega litotes = sutileza, tenuidad. La Figura  consiste en no expresar directamente lo que se piensa, sino negando lo contrario de aquello que se quiere afirmar. Hch. 1:5; 1 Ts. 2:15. otra modalidad es el empequeñecimiento de una persona o cosa con el objeto de ensalzar a otra. Gn. 18:27.
ü  El eufemismo palabra griega euphemismós significa decoro, suavidad; es un modo de sugerir con disimulo y decoro ideas cuya expresión literal resultaría demasiado dura o grotesca a los lectores. Lv. 18:6; Hch. 1:25, 1 R. 18:27; Gn. 49:4, Gn. 39:7; Pr. 5:18-20.
De Índole Personal:
ü  La personificación: consiste en atribuir características o acciones propias de personas a seres que no lo son. También conocida como prosopopeya. Is. 55:12; Salmo 114. Hab. 3:10.
ü  El apóstrofe: se deriva de las palabras griegas apó = desde y strefo = volver. Es la interrupción del discurso para dirigirse a una persona o cosa personificada, a una persona ausente o muerta. Salmo 114; Jue. 5; 2 S. 18:33.

FIGURAS COMPUESTAS

La Alegoría

Derivada del verbo griego allegoréo, que significa “hablar o explicar figuradamente”.
Es una sucesión de metáforas, generalmente combinadas en forma de narración, de cuyo significado literal se prescinde, elabora las imágenes que surgen de la metáfora, a veces son varias imágenes. Es una metáfora extendida. Sal. 80; Ecl. 12:3-7; Pr. 5:15-18; Jn. 10:7-18. Mt. 5:13-16.

DIFERENCIA ENTRE ALEGORÍA Y ALEGORIZACIÓN

La alegoría es un medio legítimo usado por algunos autores bíblicos para enseñar.
La alegorización es un método de interpretación mediante el cual el intérprete da arbitrariamente a un texto un significado que se aparta completamente del pensamiento y propósito del autor.

MEDIOS DE ORIENTACIÓN PARA DETERMINAR EL SIGNIFICADO DE UNA ALEGORÍA
  1. La determinación precisa de los oyentes o lectores originales y sus circunstancias.
  2. La consideración del contexto histórico general.
  3. El propósito del autor al usarla.
  4. Los puntos de identificación que a veces se hallan en el propio texto.
  5. La distinción entre las metáforas esenciales, que exigen interpretación y aquellas que, dado su carácter secundario como elementos complementarios de la narración, no han de ser interpretados.

La Fábula:
Es una composición literaria en la que, por medio de una ficción, se da una enseñanza moral. En ella intervienen seres inanimados o seres vivos irracionales, la naturaleza, donde actúan y hablan como si fuesen personas poseídos de razón. Jue. 9:1-21. 2 R. 14:9.

 

El Enigma:

Del griego ainigma cuya raíz es ainissesthai y significa hablar oscuro. En hebreo meliah que quiere decir refranes (Pr. 1:6, Sal. 49:4, Sal. 78:2). Es un dicho de sentido artificiosamente encubierto. Su propósito es precisamente intrigar, despertar el deseo de averiguar lo que se encuentre y se usa deliberadamente para probar la calidad de comprensión de quien escucha. Jue. 14:14; Jn. 3:3; Jn. 4:32; Gn. 4:23-24; Lc. 22:36.

ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DEL TEXTO


Una vez tenemos ante nosotros el texto bíblico en la forma más depurada posible, hemos de penetrar en él con objeto de descubrir su significado. ¿Cómo?. En primer lugar, mediante el estudio de sus elementos lingüísticos.

ESTUDIO DE PALABRAS
Se debe leer todo el contexto de la forma más amplia posible.
Una vez conocido el contexto, se deben seleccionar las palabras del texto que considere más significativas.
Una palabra es significativa cuando:
a)      Desempeña un papel clave en el pasaje que se interpreta;
b)      Ha aparecido frecuentemente en contextos anteriores;
c)      Es importante en el curso de la historia de la salvación anterior al texto.
Cada palabra seleccionada se debe analizar para determinar su significado (buscando en diccionarios, concordancia, léxico), en algunos casos puede ser útil ahondar en la etimología.
Debe tenerse en cuenta la variedad de significados que una palabra puede tener. El sentido que debe darse a un vocablo cuando éste tiene varias acepciones se determina aplicando los siguientes principios:
1.      El significado dado por el propio autor a sus palabras es indiscutible. He. 5:14.
2.      Revisar frases o palabras que se unen como complemento. Ef. 2:1.
3.      Verificar por la vía del contraste o de oposición.
4.      Por paralelismo poético.
5.      Los sinónimos deben ser cuidadosamente examinados. Jn. 21:15-17.
6.      Considerar todas sus acepciones y escoger la mejor según el contexto, la que de mayor coherencia.
7.      Hay que tener en cuenta el marco cultural y de costumbres imperantes en la época del texto.

ESTUDIO GRAMATICAL
Implica la morfología y la sintaxis. En español la construcción sintáctica de la oración admite gran variedad en el orden de sus palabras, normalmente se coloca el sujeto con sus complementos y luego el predicado con los suyos; el hebreo lo hace pero a la inversa, su orden sintáctico usual es: complemento circunstancial, predicado y sujeto. En el griego el orden sintáctico es igual al español.

MODISMOS
Son los modos de hablar o escribir que suelen apartar en algo las reglas de la gramática. Ej.: ha perdido la cabeza, comerse con los ojos. El hebreo y el griego también tienen sus modismos y de no discernirlos y descubrir su sentido correcto, corremos el riesgo de interpretaciones erróneas.
Uso de lo absoluto por lo relativo: Lc. 14:26, Ro. 9:13.
Modismos de filiación: cuando se dice que una persona es “hija de” algo o de alguien y resulta evidente que la expresión no puede tomarse literalmente. Mt. 3:9. Jn. 8:44.
Modismos de tiempo: Mt. 12:40.
Antropomorfismo: expresiones en las que se le atribuyen a Dios órganos o miembros físicos, es presentado como un ser con reacciones típicamente humanas. Gn. 6:6-7.

Las limitaciones de la gramática varían según los géneros literario. La lingüística es más que la gramática. Y la hermenéutica más que la lingüística.

Modismos Verbales en el Castellano:
Imperativo: el que se usa para mandar, rogar o exhortar.
Indicativo: el que expresa la acción o estado como real.
Infinitivo: el que indica simplemente la idea verbal sin relaciones de tiempo, número ni persona.
Potencial: enuncia la acción como posible.
Subjuntivo: no atribuye realidad objetiva a la acción, sino sólo la existencia en la mente del que habla. En latín y en español expresa acción dudosa, posible, necesaria o deseada.

ESTUDIO DEL FONDO HISTÓRICO

El análisis lingüístico ha de completarse con el de su contexto histórico. Para tener una idea más o menos completa del fondo histórico de un texto, es necesario recoger y comparar cuantos datos  permitan al intérprete acercarse al máximo a la situación en que dicho texto se enmarca.
¿Al interpretar un documento es de primordial importancia descubrir quien fue su autor y determinar la época, el lugar y las circunstancias en que escribió. Por consiguiente, el intérprete debe tratar de olvidar el momento y circunstancias actuales y trasladarse a la posición histórica del autor, mirar a través de sus ojos, darse cuenta del ambiente en que actuó, sentir con su corazón y asir sus emociones.
  1. Datos geográficos:
    1. La orografía.
    2. La hidrografía.
    3. La climatología.
    4. La flora.
    5. La fauna.
  2. Época o momento histórico: Circunstancias históricas.
    1. Políticas.
    2. Sociales.
    3. Religiosas.
  3. Circunstancias Generales: Protagonistas.
    1. Circunstancias Políticas.
    2. Factores Sociales.
    3. Factores Culturales y de Costumbres.
    4. Factores Religiosos.
  4. Circunstancias Especiales:
    1. Relativas al Autor: Biografía. Ubicación. Perspectiva.
    2. Relativas al Destinatario: ¿A quién?. Características.
    3. Ocasión del Escrito y Propósito del Autor: ¿Por qué? ¿Para qué?.

AYUDAS
Se pueden dividir en internas y externas.
ü  La interna es dada en la misma Biblia.

ü  La externa esta dada por la Arqueología, la Historia, la Geografía y la Literatura extrabíblica.

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