domingo, 7 de diciembre de 2014

TEOLOGÍA TERCERA PARTE

TEMA Nº 7
EXPIACIÓN

Significa cubrir o hacer el pago adecuado a Dios a causa del pecado que ha violado su carácter Santo.
En el Antiguo Testamento
1.       Origen, fue ordenado en el cielo; porque no fue un pensamiento de último momento por parte de Dios. Ap.  13:8; Tito 1:2.
2.       Instituido en la tierra Ex. 12:3 y 6. desde el comienzo Dios ordenó el sacrificio que prefiguraba o se convertiría en un medio de gracia para el arrepentido y creyente.
En Génesis presenta la criatura inocente y sin defecto, que muere por el culpable y Apocalipsis nos habla del “Cordero inmolado” muerto, con el propósito de liberar al culpable de sus pecados. Ap. 5:6-10.
3.       Su eficacia. Era buena porque cumplía ciertos propósitos en el plan divino, es decir un medio de gracia.
Existía una amplia diferencia entre una criatura irracional (cordero) e irresponsable, y un hombre hecho a la imagen de Dios; por lo tanto era evidente que el animal no realizaba el sacrificio en forma inteligente, o voluntaria; no existía comunión o afinidad entre el oferente y la víctima. Heb. 10:4.
La repetición de éstos sacrificios nos señala su imperfección; no podían proporcionar una relación perfecta con Dios sobre la cual pudiese edificar su carácter Heb. 10:1-2. Los sacrificios de animales eran ofrecidos por sacerdotes imperfectos que no podían entrar en ningún momento al lugar santísimo sin antes ofrecer sacrificio por sí mismos, eran incapaces de conducir al adorador directamente a la presencia divina. Heb, 9:6-8.

En el Nuevo Testamento
1.       La necesidad se desprende de dos (2) hechos importantes (1) La Santidad de Dios, (2) el pecado del hombre.
Es tan posible como necesaria; Dios hace justicia en virtud de la cual el pecador debe ser castigado y en virtud de su gracia, Él le proporciona un plan para perdonarle.
2.       Su naturaleza: en que sentido o manera Cristo murió por nuestros pecados? Cristo fue la única persona que pudo realizar una expiación permanente por los pecados de todos los hombres I P. 3:18; Jn. 1:29; Mat. 1:21. Con su muerte en la Cruz, siendo sin pecado por ser el Dios-Hombre, el ser Divino-Humano, fue el sacrificio expiatorio final y perfecto. Heb. 2:17; I P. 1:18-19; I Jn. 4:10.

Analizaremos su naturaleza a través de diferentes conceptos o términos:
a)      Expiación: el expiar el pecado significa ocultarlo de la vista de Dios, a fin que pierda el poder de provocar su ira.
b)      Propiciación: en griego “apaciguar la justa ira de un Dios Santo, mediante el ofrecimiento de un sacrificio expiatorio” Romanos 3:25; I Jn. 2:2.
c)      Substitución: significa colocar una persona en lugar de otra Isaías 53 Cristo se identificó en virtud de haber asumido la naturaleza humana y así poder sufrir su pena II Co. 5:21.
d)     Redención: Significa liberar o comprar mediante el pago de un precio I Co. 6:19,20; Gál. 4:4-5.
e)      Reconciliación: Significa restaurar lo que había sido roto. En Cristo, Dios dio lugar a la reconciliación del mundo con Él e hizo posible que los hombres volvieran a establecer una correcta relación con Él. II Co. 5:18,19. La muerte de Cristo ha hecho posible la reconciliación pero ahora cada individuo le corresponde hacerla una realidad en su vida.
3.       Eficacia: (a) Por medio de ella perdona la trasgresión, pagó la deuda que nosotros no podíamos pagar y aseguró la remisión de pecados pasados Jn. 1:29. (b) Por medio de ella nos ha hecho libres del poder del pecado Ro. 8:2; 6:14. (c) Tenemos la liberación de la muerte espiritual Heb. 2:9, Jn. 11:26. (d) Nos dio el don de vida eterna que significa estar gozosos y en plena comunión con Él Ro. 6:23. (e) Nos da una vida en victoria. La Cruz de Cristo declara la terrible pena del pecado, pero también revela el amor y la gracia de Dios. Ro. 5:10-11. (f) El creyente podrá obtener la victoria contra el diablo mientras cuente con el Vencedor de éste Ap. 12:11; Col. 2:15.


TEMA Nº 8
LA SALVACIÓN (SOTERIOLOGÍA)

Soteriología se deriva del griego Soteria → Salvación        Logos Doctrina
Significa “liberación” y bíblicamente se refiere a la Obra de Dios en favor del hombre, que provee el camino de liberación de la condena y castigo del pecado.
“Salvación” representa la obra total de Dios por medio de la cual Él rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia del pecado, y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna ahora y la gloria eternal en los cielos. Es una obra de Dios en favor del hombre.

FUNDAMENTOS DEL PLAN
Objetivos: Descubrir a la luz de la Escritura cual fue el plan de Dios para rescatar al hombre Col. 2:14-15.
Argumento Bíblico: Gn. 2:16-17.
Para encontrar el plan de Dios tenemos que ir al Edén cuando Dios le dice a Adán: “puedes comer de todo árbol menos de aquel que está en medio del huerto”. Cuando Dios hizo al hombre hizo un pacto con él.
ü  Primer elemento → las partes eran Dios y el hombre (Adán).
ü  Segundo elemento → Beneficio → Vida Eterna.
ü  Tercer elemento → la Condición → Obediencia Perfecta.
ü  Cuarto elemento → si Adán Invalidaba → Muerte Eterna Jn. 3:16.

El Plan de Dios no se iba a detener por nada, por que estaba profetizado un plan Redentor Gn. 3:15 el cual Dios había expresado antes de expulsar al hombre fuera del huerto del Edén.
La necesidad de ésta, obedece a la caída del hombre en la cual perdió su estado de “justicia” que significa “rectitud”, pureza moral y posición correcta delante de Dios.
La realidad es que sin Cristo todos los hombres:
ü  Están perdidos y sin remedio.
ü  Están condenados a morir en sus pecados.
ü  Están separados y alienados de Dios por causa del pecado.

El cimiento de la Salvación  → “Dios mismo”
Por estar dentro de su carácter:
ü  Su Amor: es inagotable e incondicional Jn. 3:16, Jn. 15:12-13.
ü  Su Misericordia: Detuvo el merecido castigo Judas 21.
ü  Su Gracia: Concesión de Dios del favor inmerecido. Ef. 2:4-10; Tito 2:11.

La Base de la Salvación →  “La Cruz”
El perdón de pecados se obtiene solamente mediante el derramamiento de sangre y la de Cristo derramada en la Cruz hace posible que Dios perdone los pecados del hombre.

El Medio de la Salvación →  “La Fe”
ü  Es el único medio por el cual el hombre puede volver a establecer una correcta relación con Dios Heb. 11:6.
ü  Es el medio o conducto por el cual la sangre de Cristo es aplicada a los pecados personales del hombre. Ex. 12:21-29; Heb. 11:28.
La Fé es Pedir a Dios que nos salve a través de Jesucristo y Creer, basándonos en Su Palabra, que Él lo hará. Jn. 5:24.

NATURALEZA DE LA SALVACIÓN
Es una experiencia vívida y experimentada donde yo puedo sentir y ver tres (3) elementos que son: la justificación, regeneración y santificación.

1.       Justificación
Es la verdad fundamental de la provisión salvadora de Dios para los pecadores culpables y perdidos.
“Es el acto de Dios por el cual declara justo a aquel que cree en Cristo”.
Término judicial o legal que nos recuerda una escena en los tribunales de justicia; el hombre culpable ante Dios recibe la absolución y se le declara Justo es decir Justificado.

 






a)      Es absolución Divina por ser una acción de la Gracia libre de Dios, por medio de ello perdona todos nuestros pecados y nos acepta en calidad de justos ante su presencia, en virtud de la justicia de Cristo atribuida a nosotros y recibida por la fe solamente. Borra el pasado (pecados y ofensas) y trata a la persona como si nunca hubiese cometido falta alguna en su vida.
b)      La gracia es la fuente de la justificación. El pecador no es perdonado porque Dios es misericordioso para excusar sus pecados, sino porque existe redención por medio de la sangre de Cristo Ro. 3:24, Ef. 1:7. La gracia es independiente de la actividad u obra del hombre. Miq. 7:19.
c)      La necesidad es evidente puesto que el hombre ha sido condenado por su pecado Ro. 3:23. Es por ello que tenemos la pregunta del carcelero cuando reconoció que había pecado ¿Qué debo hacer para er salvo? Hech. 16:30.

Pasos para una Verdadera Conversión
1.       Escuchar la Palabra Mat. 7:24(a), Jn. 5:24
2.       Creer en la Palabra Jn. 5:24
3.       Tener Fe Heb. 11:6
4.       Arrepentirse Hech. 2:38
5.       Sentir dolor Hech. 3:19
6.       Confesar el pecado Fil. 2:11; Ro. 10:9-10
7.       Firme propósito de no hacerlo más Hech. 2:37-38.

Fe: es creer y tener confianza. Al ordenársele al hombre creé indica que tiene la capacidad y la obligación de hacerlo. Heb. 11:1, 6; Jn. 1:12.
Arrepentimiento: Es la conversión de culpabilidad producida por la aplicación de la ley divina al corazón, por el Espíritu Santo Ro. 3:23-24; 6:23.
Tres elementos constituyen un verdadero arrepentimiento (a) El intelectual Salmo 51, Ro. 1:32; (b) El emocional II Co. 7:9-10, (c) El práctico Jer. 25:5, Hech. 2:38, Ro. 2:4.
“Arrepentirse” significa cambiar uno de mente acerca de: (1) Dios, (2) Uno mismo (como pecador), (3) Nuestra necesidad de salvación; lo cual nos vuelve hacia Dios y nos hace volver la espalda al pecado. Hech. 26:20.
 







Conversión: Es el resultado de la confesión hecha con arrepentimiento, dolor, fe y del propósito firme de apartarse del pecado y acudir a Dios. Hech. 3:19; la cual se produce mediante la cooperación armónica de las actividades divinas y humanas Fil. 2:11-13.

2.       Regeneración
Es un acto divino que imparte al creyente penitente una vida nueva y más elevada en unión con Cristo. Al ser un hijo de Dios Jn. 1:12 empieza el proceso de:
a)      Un Nuevo Nacimiento. Acto de gracia creativa que hace al creyente un Hijo de Dios. I Jn. 5:1.
b)      Una Limpieza. El alma es completamente limpia de las inmundicias de la vieja vida, y hecha vivir en novedad de vida. Tito 3:5.
c)      Un Avivamiento. Es una nueva vida impartida por el Padre a través de Cristo y por la operación del Espíritu Santo. Ro. 12:2, Sal. 51:10.
d)     Una Creación. Es el resultado práctico del cambio radical en la naturaleza del individuo, carácter, deseos y propósitos. II Co. 5:17, Efe. 4:24.
e)      Una Resurrección. Este acto de resurrección de la muerte espiritual es simbolizada en el bautismo en agua. Ro. 6:2-7, Col. 2:12 y 3:1.

3.       Santificación
Es la obra progresiva del Espíritu Santo en mi vida y el estar convencido de su realidad en nosotros I P. 1:2
Es el proceso cotidiano de ser conformado a la imagen de Cristo, tanto en carácter como en conducta II Co. 7:1.
El nuevo nacimiento en el Espíritu es una experiencia de carácter espiritual, la razón o el entendimiento no lo entiende porque solo lo comprende el espíritu del Hombre. Jn. 3:1-12 Jesús y Nicodemo.
Es un proceso, donde el cascarón está siendo quebrado y la vida interior empieza a predominar, ésto sucede en el espíritu, por lo tanto Dios exige que sea una experiencia diaria y el alma muere mediante el proceso de la cruz cuyos elementos son: (a) negarme a mi mismo, (b) Todos los días debo tomar mi cruz, (c) Debo tener una entrega absoluta o sumisión al Espíritu de Dios, (d) Debo quitar toda amargura, malicia, gritería, soberbia I Co. 6:11, Stg. 1:22, 25.
Es el proceso de Dios en el cual aprendemos a morir, para que la vida de Dios fluya, debo humillar mi razón o intelecto, el sentimiento o emoción y mi voluntad.
La santificación es en el tiempo de Dios “kayros” → Ya mientras nosotros tenemos “kronos” → común y corriente.
Es indispensable describirla como ese proceso que incluye:
a)      Separación. Bíblicamente está apartado de lo terrenal y humano para tener una absoluta perfección moral y divina para honra y gloria de Dios. Ef. 1:11-12, Ro. 8:30.
b)      Dedicación. Somos especial propiedad de Dios cuando nos hacemos partícipes de su naturaleza divina, consagrándonos a la comunión y servicio a Dios por medio de Jesucristo Ef. 1:14.
c)      Purificación. La limpieza es una condición de santidad, pero no la santidad misma, al igual que Dios santificó y separó a los hijos de Aarón  para el sacerdocio por la mediación de Moisés, al agua, el aceite y la sangre, así Dios purifica a los creyentes para el sacerdocio espiritual. I P. 2:5 por la mediación del hijo I Co. 1:30 y por medio de la Palabra Jn. 17:17, la sangre Heb. 10:29 y el Espíritu I Cor. 6:11, Tito 3:5.
d)     Consagración. Es vivir santa y justamente. La justicia representa la vida regenerada según la ley y naturaleza divina, reclamando la remoción de cualquier inmundicia o suciedad para poder vivir una vida santa. Ro. 12:1; II Co. 7:1.
e)      Servicio. Es el único sentido en el cual el hombre puede pertenecer a Dios, como adorador de Él rindiéndole servicio.

La santificación es:
a)      Absoluta en el sentido de que se trata de una obra hecha de una vez y para siempre Heb. 10:14.
b)      Es progresiva porque el creyente debe seguir la santidad y perfeccionar su consagración limpiándose de toda inmundicia. Heb. 12:14, I P. 1:15.

LOS MEDIOS DIVINOS DE LA SANTIFICACIÓN
a)      La Sangre de Cristo nos proporciona una santificación absoluta, eterna y posicional. Heb. 13:12, I Jn. 1:7.
b)      El Espíritu Santo nos santifica internamente y opera la transformación de la naturaleza del creyente. I P. 1:2, I Co. 6:11.
c)      La Palabra es la santificación externa y práctica. Jn. 17:17; Ef. 5:26; Sal. 119:105.

SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN
La experiencia nos confirma la posibilidad de una caída transitoria de la Gracia, la cual llamamos “reincidencia” o vuelta a caer, retroceder o apartarse.
A través de las siguientes preguntas tendremos mayor claridad en cuanto a ésto:
1.       ¿Es incondicional la salvación final del creyente o puede éste perderla debido al pecado?
I Co. 10:12; Heb. 2:1-3.
2.       ¿Puede una persona que ha reincidido perderse finalmente?
a)      Salmo 51:17(b).
b)      Heb. 10:26
3.       ¿De quién depende la salvación?
a)      De Dios porque su Gracia está presente invariablemente para advertir, contener, alentar y sostener.
b)      Depende del hombre el escoger la vida o la muerte. Dios nos ha dado un libre albedrío y no nos privará de ello. I Cor. 6:12; 10:23.
4.       ¿Puede ser resistida la Gracia de Dios?
El Nuevo Testamento nos enseña que si puede ser resistida hasta la perdición eterna Jn. 6:63 y 64: II P. 1:10 y la perseverancia esta condicionada al mantenerse en contacto con Dios.
El poder de Cristo como salvador, la fidelidad del Espíritu que habita en nosotros, la certeza de las promesas divinas, y la infalible eficacia de la oración son los medios de seguridad de la salvación.
En Mt. 5:48 nos habla de ser perfectos, esto no quiere decir que nunca vamos a cometer errores. Perfecto es el creyente maduro que ha cambiado, es cuando la Obra del Espíritu Santo ha tomado el cuerpo en el creyente.
Dios hace el llamamiento (salvación) que es irrevocable; es decir, no se puede quitar Ro. 11:29.
En Mateo 7:21-23 dice:
El que entra al reino y hace la voluntad del Padre” ¿Cuál voluntad? “Vivir de acuerdo a su Palabra”, éste tendrá salvación.
La Salvación nunca se pierde; el que pierde es la persona. La voluntad de Dios es que todos vengan al arrepentimiento por eso la Biblia no nos señala pronósticos de cuantos se salvan o se pierden.
Dios prevee el destino pero no lo fija. I Co. 10:13, por fe el creyente puede sentirse seguro gracias a la verdad de la Palabra de Dios y al Eterno testimonio del Espíritu Santo. Ro. 8:16, I Jn. 5:11 y 12.
La participación del creyente es nutrirse en la Palabra de Dios, someterse al ministerio del Espíritu Santo y preservar la comunión constante con Dios a través de la oración. Por medio de la fe, la obediencia y la sumisión a la voluntad de Dios, el creyente se adueña de todo lo que la gracia de Dios suple, estas nos mantienen en comunión con Cristo, quien es fiel y nos preserva hasta el fin. II Ti. 1:12. (Ilustración Sra. En el avión).


TEMA Nº 9
SANIDAD DIVINA

La hermana Aimee Semple McPherson expresó: “Creemos que la sanidad Divina es el poder del Señor Jesucristo para sanar al enfermo en respuesta a la oración de fe; que Él, quien es el mismo ayer, hoy, y por los siglos, nunca ha cambiado sino que todavía es una ayuda suficiente en la hora de la angustia, poderoso para suplir toda necesidad, vivificar y renovar la vida del cuerpo, como también la del alma y del espíritu en respuesta a la fe de aquellos que siempre oran con sumisión a su divina y soberana voluntad”.
A la luz de las escrituras y su revelación de la voluntad, propósito y poder de Dios, es razonable creer que Dios está interesado en los cuerpos físicos de aquellos que son sus hijos mediante el nuevo nacimiento.
La condición del cuerpo afecta el alma, de la misma manera que ésta y el espíritu afectará el cuerpo. Prov. 17:22; 15:13.
Cuando Adán pecó, ambas partes de su naturaleza fueron afectadas por la caída; el alma del hombre está corrompida por el pecado, su cuerpo esta expuesto a enfermedad, de allí encontramos la necesidad doble del hombre, por poseer dos naturalezas: material y espiritual. El plan completo de la redención de Cristo incluye ambas naturalezas del hombre, provee para la restauración de su vida espiritual y al mismo tiempo provee para los resultados del pecado vistos en su ser físico. Esto está ilustrado en el Ministerio de Jesús y también representado por la comisión doble dada a los discípulos. Marcos 16:15-18.
La enfermedad es el resultado del pecado, y su presencia en el mundo es consecuencia directa de la influencia y el poder de Satanás. Job 2:7, Hech. 10:38; Lc. 13:16.





La Biblia nos habla de tres (3) tipos de enfermedades:
a)      Demoníaca. Mateo 9:32.
Sanidad: Mateo 8:16 y 12:22-24.
b)      Enfermedad de Pecado. II Co. 21:4, 15, 18.
Sanidad: Stgo. 5:14-16, Núm. 12:12-16.
c)      Enfermedad Biológica. I Ti. 5:23.
Sanidad: Jn. 5: 5-9, Lc. 8:43-48.

SANIDAD INTEGRAL







Isaías 53:5      →        Él llevó
Enfermedad    →        Físicas.
Dolores           →        Psíquicos.
Pecados          →        Espirituales.
Santiago 5:14-16
Enfermedad    →
Pecados          →
Alma               →

LA SANIDAD Y LA VOLUNTAD DE DIOS
El mayor impedimento para que los creyentes disfruten de la sanidad divina y salud es la falta del conocimiento claro de la voluntad de Dios en cuanto a ésta.
La mayoría de personas no han tomado el tiempo para aprender cual es la voluntad de Dios revelada en su Palabra y cuales son sus provisiones para sanar. Lc. 5:12,13 “si quieres, puedes” esa es la frase que tenemos muy común en nuestros días pero Jesús dice Mr. 9:23 “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
Nadie puede tomar un beneficio por fe si duda de su disponibilidad. Dios es bueno, y desea la bendición y la salud de todos sus hijos. La única manera segura de aprender cual es la voluntad de Dios con respecto a la sanidad para los enfermos es buscar en su Palabra y determinar lo que dice sobre el tema. En el plan de Dios para su pueblo en cada época, la salud física y la sanidad fueron incluidas.

La Sanidad Divina en el Antiguo Testamento
La primera sanidad divina registrada en la Biblia la encontramos en Gn. 20: 17-18 cuando Abraham oró a Dios a favor de Abimelec, su mujer y siervo. El pacto permanente de Éx. 15:26, no existe registro alguno donde Dios haya anulado la promesa hecha aquí; esta gran promesa todavía se aplica hoy en día, porque Dios no dijo “yo fui” sino “Yo soy”, indicando la gran naturaleza eterna e inmutable de Dios mismo. Sal. 91:9-10; 103: 2,3; 107:20.

La Sanidad en el Ministerio de Jesús
Jesús fue la expresión de la voluntad del padre; en su vida y ministerio entero Él fue “la Palabra”, hablando la voluntad de Dios Jn. 6:38. Él llevó a cabo literalmente la voluntad de Dios, por ésta razón cuando vemos a Jesús sanando a las multitudes que venían a Él, vemos al Padre en acción. Jn. 14:10.
La sanidad de los enfermos fue hecha como una revelación de la voluntad de Dios para el hombre. Un total de veintisiete (27) sanidades individuales acreditadas a Jesús son halladas en las Escrituras y aproximadamente diez (10) ocasiones sanidad general de grandes números de personas y esa promesa la dejo a sus discípulos Jn. 14:12.
Es sorprendente y digno de notar el hecho que Jesús sanó a todo aquel que vino a Él, o que fue traído a Él para ser sano.

La Sanidad en el Ministerio de los Discípulos
En Mt. 10:1 la manera como Jesús extendió ese ministerio a sus discípulos, dándoles poder para sanar a los enfermos, resucitar muertos y echar fuera demonios. Mr. 6:7-13.
Lc. 10:1-9 Jesús da el mismo ministerio a los setentas (70). Sin duda el poder dado a los doce y a los setenta es el mismo poder prometido por Jesús que sería en calidad permanente y que fue recibido por la Iglesia en el día de Pentecostés Jn. 14:16,17; Lc. 24:49, Hech. 1:8.

La Sanidad en la Iglesia Primitiva
El libro de Hechos contiene el relato inspirador de lo que Jesús continuó haciendo y enseñando después de su ascensión al cielo y por ello le reconocemos como otra revelación más de la voluntad de Dios referente a la sanidad de los enfermos. Hech. 3:6.
El Cristo viviente obrando a través de su cuerpo, la Iglesia, es la verdadera imagen del ministerio cristiano de hoy. Nada ha cambiado concerniente a las provisiones de Dios para las necesidades de la humanidad desde los días apostólicos Cristo ha muerto y ha resucitado, el Espíritu Santo ha sido derramado, y la gran comisión está aún en vigencia. La ruina del pecado y sus horrendos resultados todavía están manifestados en nuestro mundo hoy. Los médicos, con todo su conocimiento y dedicación, todavía están confundidos por las aflicciones y enfermedades. Nadie puede probar que el Dios que nunca cambia ha alterado su voluntad respecto a la sanidad de enfermedades. Éx. 15:26.
La Sanidad a través de la Historia de la Iglesia
La historia muestra que la sanidad por el poder directo de Dios continuó a través de la entera era eclesiástica hasta el tiempo presente.
En el 165 D.C. Justino Martyo “Muchos enfermos y endemoniados a través del mundo entero y en su ciudad han sido sanados y están sanando por medio del ministerio de muchos de nuestros hombres cristianos quienes oran en el nombre de Jesucristo, que fue crucificado bajo Poncio Pilato”.
En el 250 D.C. Origen, testifica “Y algunos dan evidencia de haber recibido mediante su fe un poder maravilloso por las sanidades que ejecutan, invocando al Dios de todas las cosas y de Jesús.
En el 429 D.C.  Teodoro de Mopsuesti dice: “A través de los cristianos, muchos paganos son sanados de cualquier enfermedad que tengan, por lo tanto, abundantes son los milagros en nuestro medio”.
En el 500 D.C. Gregorio el Grande (se cree que fue el primer papa) donó su fortuna heredada, y se convirtió en un misionero en Gran Bretaña, orando por la gente y ungiéndolos con aceite en el nombre del Señor, citando Stgo. 5:14,15.
Juan Wesley  ha dado testimonio innegable del poder eficaz de Dios en sanidad corporal y de la verdad que el día de milagros definitivamente no ha pasado.
Dios ha mostrado su voluntad de sanar en cada era de la historia del mundo. Innumerables milagros de sanidad en el día presente dan testimonio de que su voluntad no ha cambiado hasta ésta hora presente. La Biblia y la historia están en perfecto acuerdo.

¿EL PORQUÉ JESÚS SANÓ A LOS ENFERMOS?
  1. Para demostrar su poder.
  2. Para vindicar su reclamo a la deidad.
  3. Para iniciar la predicación del evangelio.

¿POR QUÉ LOS CRISTIANOS DEBEN BUSCAR LA SANIDAD DIVINA?
a)      Porque es un mandato solemne. Mateo 10:7,8; Lc. 10:19, Mr. 16:17,18; 6:12.13.
b)      Traerá bendición espiritual Stgo. 5:15
c)      Porque glorifica a Dios.
            Dios quiere ser glorificado en nuestra sanidad. La sanidad magnifica el nombre de Jesús. Jn. 11:37; Lc. 17:15.

COMO RETENER LA SANIDAD DIVINA
a)      Mantenerse en una atmósfera de fe.
b)      Continuar alabando a Dios por lo que él ha hecho.
c)      Continuar testificando de lo que Dios ha hecho.
d)     Alimentar la fe con la Palabra de Dios.
e)      Contender en la fe por la sanidad.
f)       Caminar en obediencia a la voluntad de Dios (Su Palabra).
g)      Comenzar y/o continuar el servicio al Señor.


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